Jueves, 25 de Abril 2024

Álvaro Luquín explora la nostalgia y la poesía en “Paraíso Pixel”

El autor lanza su nueva obra donde los videojuegos son la excusa para hacer un viaje íntimo

Por: El Informador

Álvaro Luquín, de playera roja, presentó su libro “Paraíso Pixel”. EL INFORMADOR/F. Atilano

Álvaro Luquín, de playera roja, presentó su libro “Paraíso Pixel”. EL INFORMADOR/F. Atilano

Una nueva propuesta editorial llega para los amantes de la nostalgia y los videojuegos a través del libro “Paraíso Pixel”, en donde su autor, Álvaro Luquín, se adentra nuevamente a la poesía.

El pasado jueves por la noche Patán, Ale House, fungió como punto de encuentro para que Álvaro presentara su obra, en la que explora una nueva dinámica de escritura para charlar sobre sus encuentros personales con el mundo digital donde la ficción y la realidad permiten un acercamiento hacia las emociones: “Comencé a escribir este libro hace dos años y medio, cuando empecé a recordar esos tiempos de la infancia y juventud, en donde lo familiar giraba alrededor de una consola de videojuegos, como si una consola en una familia supiera tantos secretos”, comenta en entrevista con esta casa editorial.

Álvaro Luquín -autor también de “Praderas Silenciosas”, “Hubo fiestas” y “Musulmán”- puntualiza que “Paraíso Pixel” no es un libro sobre videojuegos y aunque hace referencias a nombres y elementos icónicos de los populares juegos, explica que estas memorias se replantean a través de una historia de desasosiego y soledad: “Me encontré con muchas dificultades, porque no quería escribir un libro sobre videojuegos, sino que fuera un pretexto, un hilo o una atmósfera, que pudiera ser leído por personas que nunca han jugado videojuegos, que fuera un libro abierto a todo el público. Ese fue el principal reto, lo tuve que pulir y quitar muchos términos sobre los videojuegos, para que no se volviera un homenaje, es el pretexto para un libro más íntimo”.

A través de sus páginas “Paraíso Pixel” ofrece un viaje peculiar para los lectores, y Álvaro Luquín resalta que los capítulos de esta obra avanzan con apartados diversos entre sí: “Lo empiezas a leer y piensas que quizá este libro es sobre juegos, pero al terminar se rompe todo eso y el lector entra a algo totalmente diferente, como si fuera otro libro. Habla del trastorno de estar jugando, las dificultades con la pareja por el hecho de estar jugando o con tu familia, los accesos de depresión o desesperación, con un tinte de videojuegos de trasfondo, pero el videojuego no es lo principal, es el pretexto. En otro apartado es como un dialogo con el padre, pero es un diálogo esquizofrénico en donde las voces se confunden, no sabes quién está hablando”.

Resaltan creatividad

Durante la presentación de “Paraíso Pixel”, Mónica Hernández, poeta y amiga de Álvaro Luquín exploró las características de esta obra, además de leer algunos fragmentos que después dieron paso a cuestionamientos sobre el proceso creativo de Luquín y su relación con la poesía.

“Al transitar por las páginas de ‘Paraíso Pixel’, además de un cúmulo de referencias, me encontré con entrañas, lazos familias y nostalgia. Es curioso que frecuentemente se vincule a la poesía con el juego, los poetas son seres que juegan con el lenguaje que buscan tergiversar, doblar, violentar la sintaxis en significado la perspectiva de la realidad”, expresó la poeta Mónica Hernández sobre sus primeras impresiones de “Paraíso Pixel”.

“Considero que ‘Paraíso Pixel’ funciona como una puesta en abismo, que más que evadir la realidad, como se cree del gamer y el poeta, busca penetrar en ella, un juego que penetra en la realidad a través del juego”, añadió Mónica Hernández.

Álvaro Luquín refirió, ante amigos, familiares y lectores que lo acompañaron, que la poesía de alguna u otra forma, sin importar su fuente de inspiración, siempre permanece latente en su forma de comprender y percibir el mundo así como sus diversos contextos.

“Yo creo que la poesía no es solo la palabra escrita o la imagen natural de las cosas; ésta crea un cortocircuito en la belleza. No sé si hablar de cualquier cosa conlleva un nivel sintáctico o poético en el que se debe de hablar y profundizar, porque realmente nada escapa de la poesía. Los juegos fueron una especie de atmósfera que me eligieron para ir contando cosas del desasosiego de la juventud, la soledad”.

Durante el jueves de literatura en Patán, Ale House, el autor Luis Alberto Navarro también presentó su más reciente obra “Pesadilla Debussy en compañía de Lizzie Castro, quien destacó las virtudes de este escritor y su estilo en el manejo de la narrativa: “Es como una catedral sumergida, palpitante, que resurge de la exigencia y la constancia del quehacer poético”.

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