Jueves, 18 de Abril 2024

Encuentran tesoros imperiales en Roma

Alrededor tres mil objetos encontrados en el Esquilino serán exhibidos en el nuevo Museo Ninfeo

Por: EFE

Los objetos encontrados van de utencilios diarios a pequeñas obras de arte y estatuas. EFE/F. Caricchia

Los objetos encontrados van de utencilios diarios a pequeñas obras de arte y estatuas. EFE/F. Caricchia

Roma desenterró lo que queda del lujoso jardín privado de emperadores como Calígula, los “Horti Lamiani”, y abrió un museo para exponer algunas piezas de las muchas encontradas bajo el suelo, alrededor de un millón en total.

El nuevo Museo Ninfeo, presentado este fin de semana y que abrirá al público el 6 de noviembre, aunque con dos aperturas extraordinarias los 30 y 31 de octubre, expone alrededor de tres mil objetos hallados en los últimos ocho años de excavaciones, informó la Superintendencia Cultural de Roma.

Este yacimiento fue abierto durante las obras en el edificio de la Seguridad Social en Roma, en lo alto de una de las colinas históricas de la ciudad, el Esquilino, y desde que se empezara a excavar no han dejado de emerger objetos y tesoros, casi un millón, entre vasos, máscaras, piezas de cristal, ánforas para uso alimentario y cazuelas.

El área, a dos pasos de la basílica de Santa María la Mayor, había sido utilizada como necrópolis desde época prehistórica pero con el tiempo acabó siendo un jardín imperial.

A mediados del siglo I d.C. Cayo Mecenas, el célebre confidente y consejero de Augusto, primer emperador de Roma, decidió rehabilitar esta zona para destinarla a la construcción de villas y mansiones de los nuevos aristócratas del fin de la República, los “homines novi”.

Uno de estos prohombres del naciente Imperio era Lucio Elio Lamia, quien construyó en este lugar una fastuosa residencia, los “Horti Lamiani”, cediéndola al erario público a su muerte.

Es así como la villa acabó en manos del emperador. Tiberio, sucesor de Augusto, no estaba demasiado interesado en el asueto en la capital -prefería la isla de Capri-, pero no ocurriría así con el siguiente emperador que apreciaba sobremanera ese jardín romano.

El mítico Calígula ordenó de este modo su renovación y decoración y lo usó como residencia privada, una especie de “Domus Aurea”. 

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