Jueves, 18 de Abril 2024

Una ventana a la ilustración

Sean Chuang presentó “La ventana” en el marco de la FIL, donde aborda una historia basada en metáforas sobre la guerra, la soledad y la amistad

Por: El Informador

Sean Chuang. El autor aporta su experiencia gráfica y literaria para contar una historia con tintes personales. EL INFORMADOR/E. Barrera

Sean Chuang. El autor aporta su experiencia gráfica y literaria para contar una historia con tintes personales. EL INFORMADOR/E. Barrera

El taiwanés Sean Chuang publicó en la “La ventana” de Barbara Fiore Editora, un relato sobre la amistad y las adversidades. En su reciente visita a la ciudad, el artista gráfico platicó sobre su libro: “Cuando concebí este libro ya llevaba más de diez años como director publicitario. Tenía mucha experiencia con imágenes, desde el punto de vista de la cámara. Eso intenté reflejar: las imágenes corresponden al ángulo del que se estarían filmando desde una cámara cinematográfica. Cada imagen corresponde a una toma”. Sean también ha publicado en formato de libro “Notas de un publicitario” y “Café Taipéi”.

La ventana es una historia de amistad que también muestra los cambios en la ciudad con el paso de la guerra: “La guerra que se narra en ‘La ventana’ no es simplemente la guerra, puede ser una metáfora para otras circunstancias crueles de la vida, donde encontramos maldad en nuestros ambientes cotidianos y que nos van transformando. Para mí usar estas imágenes de violencia y desolación fue una manera de expresar esa idea, esa metáfora”.

Contada casi sin palabras, la historia del libro retrata dos personajes ligados a Sean: “Estos dos personajes lo que representan son dos partes de mí mismo. Desde muy pequeño estuve solo, cuando tenía más o menos la edad de estos niños me fui a estudiar a la ciudad. Muchos años viví solo, estudié solo. A parte de este sentimiento de soledad, cuando empecé a trabajar y a desarrollarme profesionalmente enfrenté mucha presión. De alguna manera todo eso se expresa y se encarna en el personaje de la niña: un personaje muy pasivo, no tiene mucha forma de enfrentar las dificultades que le pone la vida. Por el otro lado tenemos al personaje del niño, una figura más libre que parece que tiene más valor, más iniciativa. Sin embargo, cuando llega algo tan terrible como la guerra también lo termina por aplacar y por hacerle ver lo pequeño que es ante este mundo tan grande y tan complejo”.

Por la guerra, la niña y su familia escapan a un lugar más seguro, mientras que el niño se alista en el ejército: “Al escribir la historia no me enfoqué tanto en cuestiones externas como el fenómeno de la migración. Seguí muy de cerca los procesos internos que vivimos cada uno de nosotros al enfrentar distintas cosas de nuestra vida. Hay cosas que no nos gustan y que pensamos que sería mejor si no las enfrentáramos, pero son incontrolables: las tenemos que enfrentar y nos van cambiando. Un poco es el proceso psicológico de cómo se va transformando una persona al ir enfrentando retos en su vida. Esa casa, ese lugar seguro que busca muchas veces es él mismo en una etapa anterior en la vida: regresar a los orígenes, a quién se era antes”.

Entre imágenes

Sean Chuang contó sobre su acercamiento a la ilustración en diferentes medios: “Yo uso los tres tipos de técnica: manuales, todo en computadora e ilustraciones hechas mano y editadas en computadora. De unos años para acá cada vez me gusta más hacer las cosas de forma manual: creo que hay un elemento del proceso artístico que es irremplazable en la computadora. Al dibujar algo enviamos la inspiración que sucede en la mente a través del brazo, llega a la mano y se plasma directo en el papel. Una ventaja de la computadora son las modificaciones: si algo no nos gusta lo cambiamos. Pero también por eso es más real la inspiración que se plasma al hacer algo a mano: llega directamente, no se puede transformar. Es como escribir una carta a un amigo: es mucho más personal escribirla con pluma y papel que a máquina, donde se puede modificar y editar. Queda un producto más terminado pero menos sincero”.

Chuang ha llevado su trabajo a Alemania, Francia, Bélgica, Italia y Hong Kong. Sobre las distintas tendencias en la ilustración, comentó: “Tradicionalmente son líneas de desarrollo separadas y bien definidas entre Asia, Europa y Estados Unidos. El cómic en Asia viene muy influenciado por el manga japonés, en estilo e historias; en Estados Unidos es todo superhéroes; en Europa hay cómics más artísticos, que dan más paso a experiencias personales del autor o ideas más abstractas. En Taiwán muchas veces es trabajo de una sola persona, no como los ilustradores japoneses que a veces tienen talleres con muchos asistentes (los creadores de manga, por ejemplo). Yo hago todo yo solo, muchos de los ilustradores en Taiwán lo hacemos así. Eso da libertad para tener un estilo propio y hablar de los temas que me interesan y expresarlos en un estilo que a mí me gusta. Aunque la verdad es que las distinciones están desapareciendo en el mundo: cada vez se mezclan más elementos del manga japonés, ilustraciones europeas, cómics de superhéroes. Es un proceso gradual que sucede de forma armónica: no hay grandes conflictos ni rivalidades entre los estilos”.
 

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