Miércoles, 17 de Abril 2024

Sergio Garval, cara a cara con Vicente Fernández

El artista comparte la historia detrás de la escultura que está realizando de “El Charro de Huentitán”; así como su relación con el cantante

Por: El Informador

El artista plástico y escultor Sergio Garval está desarrollando una obra icónica de nuestra cultura popular: la figura de Vicente Fernández montando a caballo, la cual le fue encargada por el mismo “Charro de Huentitán”.

Esta es una pieza de gran formato que había sido supervisada detenidamente por el cantante jalisciense hasta que enfermó y que a la fecha sigue hospitalizado. En entrevista exclusiva con EL INFORMADOR, Garval habla sobre el desarrollo de esta escultura que se prevé esté lista en diciembre próximo, para ser colocada en el rancho Los Tres Potrillos.

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“Este proyecto surge hace poco más de año y medio, antes del comienzo de la pandemia… Mientras estaba concluyendo ‘La Belleza’, última obra del conjunto escultórico ‘Las Tres Gracias’ para Guadalajara. El señor Vicente Fernández estaba interesado en que realizara un retrato escultórico de su persona; así que por la vinculación y presentación de amigos mutuos, nos reunimos a platicar las posibilidades de la obra. Así llegamos a un acuerdo y se inició el proyecto”.

Para la realización de la obra se hicieron una serie de tomas y de videos de Don Vicente; el escultor también se documentó con fotografías del cantante en diferentes épocas de su vida para llegar a un punto donde se pudiera conciliar su esencia en una edad donde el público lo tuviera presente, en esos momentos que él les compartió en su carrera profesional.

“Nos entusiasmamos con la idea, y empezamos con la realización de tomas fotográficas, bocetos, dibujos, estudios y posteriormente la presentación de varias maquetas. Este proceso llevó alrededor de seis meses; para ese momento estábamos ya inmersos en la incertidumbre y las diversas medidas de la contingencia sanitaria”.

“Presenté la última propuesta ya pulida y con detalles al cantante y a su señora, doña Cuquita, y les gustó mucho. Incluso, recuerdo que a Don Vicente le gustó tanto la maqueta que ya no sentía que fuera necesaria la monumental. En el calor del entusiasmo y la charla, coincidimos con que si así estaba la propuesta en pequeño, habría que imaginar cómo quedaría la obra final para la posteridad. Entonces, con el mejor de los deseos, le dimos luz verde a la creación de la escultura”.

“Así comenzó esta travesía, no sin pormenores, principalmente ocasionados por los recesos de trabajo respectivos a las medidas del COVID por disposición de las autoridades, así como por enfermedades de varios elementos de mi equipo a causa del virus -yo en dos ocasiones- con la seriedad, malestares y los sustos respectivos para todos”, agregó el artista.

Sergio Garval. El escultor posa junto a la obra de gran formato y la maqueta de la pieza. El Informador/ G. Gallo

“En este contexto, el proyecto se desarrolló más pausado, se prolongó un poco más; sin embargo, esto ayudó a madurar mejor la idea. Me parece que el proceso creativo en el arte se fragua y se construye en su propio tiempo y espacio, el artista necesita profundizar en sus procesos dialécticos introspectivos y constructivos con la obra… que vaya fraguando y descubriendo su propia expresión”, comentó el artista.

Sobre qué significó que el propio Vicente le haya pedido este trabajo, resaltó que este es un proyecto especial: “Por lo general mi obra no es tanto de este género, así que la invitación que me hizo don Vicente Fernández me pareció un emocionante desafío. Él es un ícono, el más alto representante mexicano de nuestra música vernácula y un importante símbolo de época en nuestra cultura. Además, me gusta su música, así que me pareció interesante tener la oportunidad de aventurarme en la creación de una importante y -espero- significativa obra representativa de su persona”, compartió.

Garval se siente satisfecho con el resultado y destacó que don Vicente también: “Él visitó el taller en diferentes ocasiones para ver su escultura, en todas ellas la disfrutó mucho; siempre con gran entusiasmo, platicábamos sobre ella, sobre sus cualidades, sus muchos y complejos detalles, siempre con palabras pródigas y generosas de satisfacción, y felicitaciones por los resultados de sus partes y de la totalidad de la obra”.

Garval confesó que en un inicio el cantante no imaginaba la escultura con las características que tiene la obra final en relación con la maqueta: “Es un formato más grande del natural, a escala arriba de 1:20. Ya cuando la vio en físico le causó gran sorpresa y emoción; me parece que no se imaginaba el nivel de trabajo, entrega, calidad y fuerza representada en ella”.

La escultura mide desde el caballo hacia arriba aproximadamente 3.60 metros, mientras que el peso final en bronce se calcula que será de dos toneladas. Sobre el costo total, el artista se reservó los detalles ya que no se trata de un trabajo público.

¿Qué requerimiento pidió Vicente para su obra?

Destacó Garval que “El Charro de Huentitán” se decantó por aspectos muy personales para su obra: “En principio por supuesto que se pareciera a su retrato, y además que fuera una figura ecuestre… Era de su interés que se representara acompañado por algunas interpretaciones de elementos significativos que enriquecen el contexto simbólico: su silla de montar, su caballo, su vestimenta”.

“Otro ángulo a trabajar a profundidad fue la actitud corporal, bien plantado en la composición, estudiando su estructura y pose más significativa, la expresión facial: relajada, con tranquila sobriedad, carácter y porte de amable proyección. Para una obra de esta naturaleza no sólo es suficiente un buen retrato, es necesario encontrarse con las aportaciones artísticas: la personalidad, la armonía, la cadencia, los contrapesos, la belleza, el dibujo de sus formas, su fuerza, la voz sublime que invite a ser contemplada y apreciada como objeto artístico en sí mismo. Tomarse un momento y permitirse tener un diálogo con su totalidad y las diferentes partes”, agregó.

“Hay que estudiar la distancia ideal para contemplar esta pieza en el interés de que esté en un basamento. Entonces, tenemos que considerar su altura total y visualizar la impronta de los terminados”.

El escultor resaltó que cuando Vicente ha acudido al taller siempre ha sobresalido su personalidad accesible y amable: “Es una persona que aprecia y respeta el resultado de esta experiencia artística, es exigente pero no es complicado, es cordialmente franco, con un gran sentido del humor, fluye muy bien la vinculación con su persona”.

Un reto que se disfruta

El mayor reto al que se ha enfrentado Garval para desarrollar esta escultura ha sido el tiempo, como ya lo había reiterado, pero también destacó que ha sido un gran trabajo la concepción total de la pieza y su armonía: “La obra es un proceso dialéctico de encuentros y desencuentros, se va construyendo y armando para regresar nuevamente a la reconstrucción de sus complementos y la relación con su todo. En algunos momentos son más laboriosas o demandantes sus partes, momentos de gran intensidad emotiva, exigencia física y desgaste, en su mayoría con mucha pasión en sus procesos. Soy muy exigente y necesito que la obra me hable, que se sienta todo integrado, redondo y con estructura; que todo esté funcionando muy bien. Mi equipo, los maestros Ricardo, Fosi, Jorge, Pablo y Sergio son guerreros que vamos por el 120% para acercarnos al 100”.

Agregó que la pieza transmite la personalidad de Vicente; incluso, se ve y se percibe que está en movimiento: “Me transmite dignidad y cálida grandeza. Un detalle es que si observas el personaje aún de espaldas, notas que es el cuerpo y postura del señor Vicente Fernández; eso nos habla de un resultado interesante. En este momento estamos en tres procesos: ya en fundición de algunas partes; moldeando con silicón y fibras, otras; y aprovechando para revisar y afinar algún recoveco: expresión de alguna mano o detalle de la cabeza antes de su molde -específicamente de la parte inferior, como las botas, la cola del caballo, elementos laterales y todos los accesorios-, y los elementos de ornamentación que tiene la obra, así que vamos al mismo tiempo en las tres etapas, atendiendo a la idea de avanzar con mayor agilidad”, explicó. 

ANÉCDOTAS

Su conexión con Vicente

Aunado a culminar la pieza, la preocupación para Garval es que “don Vicente se recupere mientras nosotros terminamos su efigie y que la pueda disfrutar ya instalada en Los Tres Potrillos. Él tiene un gran entusiasmo por esta obra… Cuando recién lo hospitalizaron, una persona allegada a él me compartió que deseaba volver al estudio y ver su caballo con el retrato de su persona arriba de éste; para mí como artista eso es algo sumamente especial”.

Garval compartió que la música de Vicente le gusta, “dependiendo del momento, es la canción; hay unas que son más llegadoras en la fiesta o con un buen tequila, y muchas otras que se cantan… Sus clásicas: ‘De qué manera te olvido’, ‘A mí manera’, ‘Mujeres divinas’ y ‘Volver volver’ son de las que más le gustan. La música de Vicente se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad, nos ha acompañado desde siempre; llega en cualquier momento, así de manera inesperada estamos en el taller trabajando y bromeamos cuando en momentos oportunos aparece su inconfundible voz. Es un personaje, es un emblema, un símbolo, es ‘Chente’, es de los últimos de una época. A partir de que estoy haciendo su figura, me doy cuenta de la vinculación y cercanía que hay de la gente con su ídolo”.

Como anécdota, recordó que Vicente aprecia la pintura y la escultura: “Él es coleccionista de esculturas en bronce, principalmente del género relacionado con la charrería y la pasión por los caballos. Tiene una sensibilidad muy peculiar sobre esto, me mostró parte de su colección e inclusive algunas pinturas realizadas por él. El día que tuvimos el primer acercamiento, una sesión donde le realicé un boceto de gran tamaño montado en su caballo allá en su lienzo, al término de la sesión en espíritu de camaradería, me dijo: ‘maestro, présteme su libreta y su lápiz’, y se puso a bocetar la cabeza de un caballo a tres cuartos con su respectiva firma al final, compartiendo conmigo el placer que siente también por la práctica del dibujo”.

Finalmente, Garval compartió: “Desde este taller le mandamos un fuerte abrazo y el mejor de los deseos a don Vicente, para muchos ‘Chente’, con nuestro buen aprecio por su pronta recuperación. Mientras, aquí seguimos con intensidad, compromiso y ánimo para terminar su monumento”.

MQ

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