Sábado, 20 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

- "Días Santos" (I)

Por: Jaime García Elías

-

- "Días Santos" (I)

Es probable que, explicado con jarros y empanadas –en vez de los consabidos palitos y bolitas—, quede más claro…

-II-

Se trata del impacto de la crisis del coronavirus en el órgano más sensible –el bolsillo, por si fuera menester aclararlo— de los millones de mexicanos obligados a salir a la calle todos los días para llevar a la mesa, ganado con sangre, sudor y lagrimas, el pan de sus hijos.

En tiempos de María Canica, los “Días Santos” (hoy y mañana) eran, en rigor, días de silencio, recogimiento y penitencia (ayuno y abstinencia de carnes incluidos). Eran días dedicados –se suponía— a meditar acerca de la Pasión de Cristo. Después, antes incluso de que la Iglesia, en el Concilio Ecuménico Vaticano II, tomara medidas para morigerar esas prácticas, la Semana Santa se identificaba, por sobre todas las cosas, con ocasiones propicias para aprovechar el asueto en los calendarios escolar y laboral. Con vacaciones y diversión, pues.

El precepto parecía ser “obliga ir a la playa y no se puede trabajar”. Las playas, por tanto, lucían pletóricas de vacacionistas que invadían, igual de día que de noche, el “hotel camarena”. Quienes se quedaban en la ciudad, se suscribían a prácticas piadosas: los menos –cada vez menos…—, al Lavatorio de Pies, el Viacrucis o Las Siete Palabras en las iglesias; los más –cada vez más…—, a las visitas a Las Siete Casas, el Jueves Santo. Parte sustancial de dichas visitas era la escala gastronómica en las tradicionales, irresistibles y sobreabundantes vendimias de empanadas.

Una variante de las prácticas anteriores eran las ferias artesanales –las de Michoacán, por ejemplo— en que fabricantes y comerciantes de jarros, cazuelas, dulces, prendas de vestir y un interminable etcétera, recuperaban la inversión y encontraban la recompensa a los meses de trabajo que significaba prepararse para estas fechas.

-III-

Las disposiciones –por demás sensatas, dicho sea de paso— de las autoridades civiles, a favor del aislamiento social (incluida la prohibición expresa de ocupar las playas), y las eclesiásticas, de cancelar celebraciones litúrgicas que impliquen presencia masiva de personas, reducirán significativamente el riesgo de propagación del virus. Eso, por una parte…; pero condenarán, por la otra, a cientos de familias que viven del comercio y del turismo, a no ver, reflejado en su bolsillo, el fruto de su trabajo.

Estos “Días Santos” serán para ellos, en efecto –como solían ser para sus abuelos—, días de silencio, de recogimiento, de penitencia…
 

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones