Esta semana el continente americano está convulsionado políticamente.Aguas turbulentas amenazan la estabilidad de muchos países que viven momentos históricos en algunos casos. Y si no, demos un repaso de lo que sucede de norte a sur.En Estados Unidos, mientras la administración de Joe Biden sufre para sacar adelante su proyecto de país por la crisis de migrantes que frena muchas iniciativas, en el seno del partido republicano hay una verdadera revolución. El miércoles la representante Liz Cheney, quien era tercera en la cúpula del poder republicana en la Cámara, fue destituida de su rango, después de no retroceder en su posición permanente de llamar mentiras de Trump a los reclamos del fraude de la elección presidencial.Dentro del mismo partido, más de un centenar de miembros, entre ellos muchos funcionarios electos, quienes denuncian que los republicanos están sometidos por Trump y que no están de acuerdo con la influencia que tiene, han iniciado un movimiento para separarse y crear un tercer partido político en Estados Unidos.En Centroamérica, concretamente en El Salvador, el presidente Nayib Bukele destituye a los jueces de la Corte Suprema y al Fiscal General, lo que se considera una concentración de poder, una amenaza a la democracia y con enorme riesgo de convertirse en una dictadura.En Sudamérica, en Colombia, lo que inició como una manifestación por el aumento a los impuestos, se ha convertido en una violenta protesta contra la pobreza, la desigualdad, así como los abusos de políticos y de la policía.Más al sur, en Perú, miles salen a las calles gritando “democracia sí, comunismo no”, en rechazo al candidato izquierdista Pedro Castillo quien encabeza las encuestas para la elección de segunda vuelta que se llevará a cabo el 6 de Junio.Y venimos a México, donde estamos en la antesala de las elecciones del mes próximo. El ambiente que se percibe es tenso en la medida que el partido en el poder aparentemente pierde fuerza en las encuestas y quienes se oponen al proyecto de país que se tiene, empiezan a tomar providencias y ya anuncian, como lo hizo Muñoz Ledo recientemente, a una marcha por la dignidad de México, que puede ser el preámbulo a otras serie de concentraciones similares.El resultado de la elección puede provocar diferentes escenarios. Desde los más moderados, hasta lo más extremos, dependiendo del lado que se mire. La única forma de evitar malos entendidos, malas interpretaciones y efectos secundarios, es que la gente en las urnas defina con amplio margen y participación cuál es su decisión y que no queden dudas de que rumbo quieren que tome el país. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
