Son apenas las primeras semanas del año y en Estados Unidos ya son 69 personas las que han perdido la vida en 39 tiroteos, seis de ellos considerados como masacres. Solamente en California, han sido 19 los asesinatos en un periodo de 36 horas, según revela la estadística de la organización Archivo de la Violencia Armada. Y el periodico The New York Times se pregunta “cómo detener esta carnicería”.En la vecina California, su gobernador, Gavin Newsom, los últimos días los ha pasado visitando hospitales y dando condolencias a los familiares de las víctimas. Solamente en el ‘estado dorado’ -que ahora se pudiera llamar el ‘estado ensangrentado'– han sucedido cuatro de las seis masacres -Tulare, Half Moon Bay, Monterey Park y Oakland- desde este principio de año.Cuando suceden estas tragedias, vienen a la mente las palabras de Gabriel Garcia Marquez, escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura 1982, cuando al referirse a la carrera armamentista dijo, “La carrera de las armas va en sentido contrario a la inteligencia. Y no solo de la inteligencia humana, sino de la inteligencia misma de la naturaleza”. El novelista hacía referencia a las armas nucleares, pero el razonamiento concuerda perfectamente con uno de los posibles motivos de la violencia con armas convencionales que hay en nuestras sociedades.Por décadas Estados Unidos ha sido el principal productor y exportador de armas en el mundo. El 39 por ciento del armamento que existe en el mundo es de fabricación estadounidense. Y es en el país vecino en donde hay más personas en posesión de armas de fuego. Según Small Arms Survey, con sede en Suiza, hasta el 2018 -último registro que se tiene- en la Unión Americana, con 331 millones de habitantes, había 393 millones de armas en circulación, lo que significa que hay 120 armas por cada 100 habitantes.Algunos estudios sobre la violencia en Estados Unidos revelan que muchos de los agresores, son personas mentalmente en enfermas y que la sociedad norteamericana es excesiva violenta, sin embargo la mayoría de las investigaciones indican que el incremento de tiroteos masivos y las agresiones con armas de fuego se debe al fácil acceso y disponibilidad de las mismas, y a lo poco que se hace por limitarlas.“No podemos volvernos insensibles a estos horribles actos de violencia”, dijo la Fiscal de Distrito de San Francisco, cuando hablaba de la tragedia de Half Moon Bay de esta semana en la costa californiana. Sin embargo, parece que ya somos insensibles a la proliferación de armas y a la ‘carnicería’ de la que somos testigos en nuestra sociedad. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
