Viernes, 19 de Abril 2024

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El pecado de Adán

Por: Diego Petersen

El pecado de Adán

El pecado de Adán

El pecado más recurrente entre los políticos es la soberbia. El mareo de poder ataca por parejo. Por lo general se enteran de que padecieron la enfermedad el día que el suelo se interpone entre su inflamado ego y la ley de la gravedad. 

El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, cree que por ser amigo y personero del presidente está más allá de la ley. Que alguien le va a creer que el montón de lonas y espectaculares promoviéndolo en las calles de Guadalajara las puso un enemigo político para desacreditarlo. Tampoco le importa reírse de las normas y burlarse de las autoridades electorales. Al cabo que ya se van. “Si me corre el INE no importa, porque ya lo van a desaparecer los diputados”. No lo dijo un politiquillo pendenciero de cuarta (¿o sí?), lo dijo el personaje encargado de la política en este país (¿o no?).

A unos días de que comience la discusión sobre la reforma electoral en la Cámara de Diputados, el secretario de Gobernación, quien se supone debería ser el encargado de construir consensos, pues no tiene la mayoría calificada en ninguna de las dos cámaras, ha decidido dinamitar los puentes. Se me ocurren tres explicaciones para semejante declaración: 1) Ya tiene los votos de la oposición negociados. Todos los indicios van en otro sentido, que la oposición votará en bloque en las dos cámaras, pero a lo mejor es tan hábil que entre un acto de campaña y otro ya negoció. 2) Que sabe que no se va a aprobar la reforma, pero tiene que seguir el juego del presidente en la descalificación de las autoridades electorales. 3) Como dice el clásico, no se atribuya a la perversidad o la mala fe lo que se explica por simple torpeza.

Me inclino por una mezcla de la segunda y la tercera. No hay indicios de que la oposición, sobre todo en el Senado, le vaya a aprobar la reforma electoral al presidente. Lo que queda entonces es dinamitar la legitimidad del Instituto Electoral, pero la torpeza es que lo hace destruyendo la credibilidad de la Secretaría de Gobernación. 

Si Adán Augusto termina siendo el candidato del Partido Morena se va a enfrentar a un montón de líos con las autoridades electorales, juicios gratuitos y absolutamente innecesarios. Si no lo logra y se queda como secretario de Gobernación, su capacidad de interlocución estará muy dañada y por lo tanto no le ayudará ni al presidente ni al candidato de Morena.

La soberbia suele ser muy mala consejera y el pecado original de muchos de los errores políticos.

diego.petersen@informador.com.mx

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