Martes, 16 de Abril 2024

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El Año del Elefante 

Por: Pablo Latapí

El Año del Elefante 

El Año del Elefante 

En el arranque de este 2020, y al igual que usted, me pregunto constantemente: ¿Cómo nos irá en este año?

Por decirlo de alguna manera: hemos sobrevivido al primer año de gobierno de Andrés Manuel López Lobrador, a su Cuarta Transformación y a su ejército de seguidores, y lo hemos hecho en condiciones mucho mejores de lo que se presuponía, y además con un optimismo en amplios sectores de la población que no se veía desde hace muchos años.

Pero sigue siendo una incógnita lo que pasará en este año.

En un intento por tratar de definir cómo fue el 2019, el primer año de la llegada de los morenistas, nos gustaría llamarlo algo así como “El Año del Elefante”, parafraseando una vieja historia.

Y es que los que piensan que al país le ha ido mejor tienen razón, al igual que aquellos que ven un año fatal y problemático, también tienen razón.

Los argumentos de los primeros son el comportamiento bajo de la inflación, el precio estable de las gasolinas, el precio de dólar y variables que en el día a día hacen mucho más llevadera la situación.

Aquellos que piensan que vamos mal tienen argumentos también muy sólidos: la economía no crece, no sólo no se generan nuevos empleos, sino que grandes empresas y corporativos han hecho recortes de personal fuertes (con razón o por precaución), y la lentitud y restricciones en el gasto del gobierno tiene a sectores como la industria farmacéutica o la construcción prácticamente parados.

¿Quién tiene razón? Es difícil decirlo cuando apenas hace un mes se cumplió el primer año de gobierno.

Por eso recordamos aquella vieja historia del día en que un grupo de ciegos fue llevado al zoológico a conocer un elefante. Los invidentes fueron dejados en el recinto del paquidermo invitados a acercarse para tocarlo. 

Así estuvieron un buen rato, y al final de la jornada, cuando regresaron a su lugar de reunión, cada uno de ellos tuvo la oportunidad de describir cómo es un elefante.

El que tocó la trompa habló del elefante como una ser largo y en movimiento, que hacía ruidos extraños, y que arrojaba aire; el que estuvo cerca de la cola lo describía como una especie de escobeta suspendida, que nunca quedaba quieta, y que iba de un lado hacía el otro; quien estuvo en una pierna hablaba de una columna, sin movimiento, rígida y rugosa de enorme fortaleza; el del lomo como una superficie extensa, enorme, como suspendida en el aire, arrugada y que se movía al compás de la respiración; y así sucesivamente.

Olvidando los pronósticos, porque ya los hay que van del pesimismo extremo de los detractores de la 4T al optimismo desbordado de los morenistas, así estamos en el país; cada quien tiene su punto de vista, dependiendo del lugar en que le ha tocado vivir este primer año, pero que de que aquí seguimos, aquí seguimos.
 

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