La ignorancia es la mayor de las desgracias que puede sufrir el ser humano después de la pérdida de la vida o la salud. No puede haber libertad, buen juicio y vida digna para quienes sufren esta enfermedad. Por desgracia, una inmensa mayoría de los habitantes del planeta Tierra la padecen.Platón (427 a.C.-347 a.C.), con el propósito de ilustrar cómo la falta de conocimientos puede llevarnos a asumir como normales situaciones inaceptables de tener mayor información, acude a una metáfora: El Mito de la Caverna. En él, describe cómo un grupo de personas encadenadas en el fondo de una oquedad, con su capacidad de movimiento y visión limitadas, acepta, como única verdad, una serie de imágenes proyectadas en la pared de la caverna. Platón también nos ilustra cómo, al verse libres de las cadenas e iniciar su camino hacia la boca de la cueva, su conciencia de la realidad se va modificando hasta llegar a ser totalmente opuesta a la que tenían por cierta. Su adaptación a las nuevas condiciones les produce temor, incluso sufrimiento. La obscuridad es la ignorancia y, para conocer la verdad representada por la luz, se debe pasar por una etapa de acondicionamiento: tienen que erguirse, mover sus articulaciones y soportar el brillo del sol pero, sobre todo, deben tener la voluntad suficiente para liberarse de sus prejuicios.Actualmente, existen a nuestro alcance los medios suficientes para informarnos sobre cualquier tema. Sin embargo, pocas personas se adentran en el conocimiento de los resortes que mueven a nuestra sociedad. Vivimos las consecuencias de una gran cantidad de decisiones tomadas al margen de nuestro conocimiento y aceptación: estamos absolutamente indefensos frente a determinaciones que afectan nuestra forma de vida. El 2021 será un año difícil porque a los problemas existentes se agregará la lucha electoral. La disputa por el poder es un ingrediente que puede incluso llegar a la violencia. Ante una sociedad cuyas reflexiones están limitadas por la ira y el dogmatismo, el futuro puede ser indeseable. La intención de transformar todas las instituciones por parte del gobierno y la legítima defensa de las mismas por un amplio sector de la sociedad hacen prever meses muy conflictivos.La irritación, generada por la frivolidad de quienes lejos de entender que gobernar a nuestro país es una enorme responsabilidad y un gran honor, llevó a muchos ciudadanos a adoptar una posición vengativa que, de no modificarse, acabará dañándonos tanto o más que la irresponsabilidad de aquellos gobernantes a quienes hoy censuramos. Parece que, en nuestro justificado malestar, estamos imposibilitados para ver la luz: por nuestra ceguera mental, podríamos estar regresando a la caverna sin percatarnos de que el camino está afuera y no dentro de las profundidades de nuestros enojos y que de nosotros depende restablecer los necesarios equilibrios de los poderes públicos. Sumemos nuestros esfuerzos y voluntades para crear un nuevo orden en el que se destierre el abuso del poder. Cerrémosle el paso a la tiranía.eugeruo@hotmail.com
