Jueves, 25 de Abril 2024

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El mito de la Naranja Mecánica en Jalisco

Por: Jonathan Lomelí

El mito de la Naranja Mecánica en Jalisco

El mito de la Naranja Mecánica en Jalisco


La fortaleza electoral del partido Movimiento Ciudadano en Jalisco -fuera de aquí se difumina-, ¿qué tanto obedece a sus “buenos gobiernos” y qué tanto a factores externos?   

Hay elementos para inferir que el mayor peso se ubica en aspectos circunstanciales: el férreo antiobradorismo local, la ausencia de oposición en el Estado debido a la crisis de los partidos tradicionales y la vigencia del “bono de confianza” a los nuevos gobiernos. Ese que el jalisciense ha dado a las gestiones del PAN y el PRI con Aristóteles, pero que jamás será un cheque en blanco. 

Jalisco se posiciona entre los estados más antiobradoristas de México. En la pasada consulta de Revocación de Mandato presidencial -un ejercicio de músculo del Presidente- Jalisco fue la Entidad con menos participación (9.1%). 

En números redondos, en el ejercicio de revocación 486 mil jaliscienses salieron a votar a favor de la permanencia de AMLO. Una cifra tres veces menor que los 1.4 millones de votos que sufragaron en Jalisco por Andrés Manuel en 2018 (son circunstancias distintas, pero lo planteo sólo de forma ilustrativa). En esa elección, cuatro de cada 10 votantes se inclinaron por López Obrador, lo que le dio el triunfo en el Estado. 

Si a nivel nacional Morena carece de oposición ante la crisis del PRI-PAN-PRD, lo mismo ocurre en Jalisco: Movimiento Ciudadano carece de una fuerza política opositora porque Morena Jalisco opera bajo criterios tribales o caciquiles, pero no como un instituto político. La falta de contrapesos políticos crea un despotismo blando: control y sujeción de los poderes Legislativo y Judicial, cooptación de otros partidos integrados por mercenarios electorales, negocios y compra de voluntades al amparo del presupuesto. Exactamente lo que ocurre a nivel nacional en forma de espejo. 

Finalmente en Jalisco existe todavía un “bono de confianza” que respalda a MC. El PAN demoró tres sexenios en acabar con la paciencia de los jaliscienses. Su degradación fue paulatina. Por ejemplo, Emilio González, el más patético, remachó el último clavo del ataúd hasta el final. Con MC, ¿el orden se invirtió? ¿Comenzó a despachar Casa Jalisco por el peor? En el caso del PRI bastó un sexenio, luego de una larga noche y una pausa, para desaparecer en cuerpo y espíritu.     

El votante jalisciense quiere lo mejor para su Estado. Por eso reflexiona, capaz de leer al candidato y sus circunstancias. El voto diferenciado lo hace impredecible. Por ejemplo, en 2021, el Distrito 20 de Jalisco lo ganó Estefanía Padilla de MC como diputada local; María del Refugio Camarena de Va por México se quedó con la curul federal y Sergio Chávez de Morena se llevó la alcaldía de Tonalá. 

El pensamiento general del votante jalisciense en este momento podría sintetizarse de la siguiente manera: «Cualquier cosa es mejor que Morena, siempre que no sea el PRI, PAN o PRD». Sólo en esa ecuación cabe MC como alternativa. Al partido naranja le conviene no romper -y evitar que se rompa- ese equilibrio para conservar el poder. 

jonathan.lomelí@informador.com.mx
 

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