Martes, 23 de Abril 2024

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Enero feminicida

Por: Jaime Barrera

Enero feminicida

Enero feminicida

Si el martes consignaba aquí a enero como el mes negro por la cifra récord de desapariciones que se dieron en Jalisco, el primer mes de este 2023 pasará también como el peor de los últimos años en el tema de la violencia contra las mujeres, con 19 feminicidios.

No podía cerrar con un caso más trágico y que dimensiona todas las carencias y deficiencias institucionales para combatir este lastre, como el ocurrido en el municipio de Poncitlán el martes pasado, donde Alondra y su madre Liliana fueron asesinadas por la pareja de la primera, no sólo a plena luz del día, sino en las mismísimas oficinas del Ministerio Público de la Fiscalía de Jalisco en el centro de esa cabecera municipal, a donde acudieron por segunda vez a denunciar la violencia de que era víctima en casa. Esta tragedia recordó en automático el feminicidio de Vanesa Gaytán, que con todo y una orden de protección fue asesinada a puñaladas la mañana del 25 de abril de 2019 a las afueras de Casa Jalisco, donde habitan los gobernadores en turno.  

No menos grave fue el crimen de Érika ocurrido el domingo pasado en Puerto Vallarta, quien fue arrollada por un auto de alquiler que conducía también su pareja en la zona de Conchas Chinas. 

Lo que habrá que decir es que a diferencia de muchos otros feminicidios que quedan impunes, en este par de casos están ya al menos detenidos los presuntos agresores. Al de Érika lo atraparon el martes y al de Alondra y su madre ayer en Tepic, Nayarit.

Lo dicho, luego del principal eje de inseguridad y violencia que padecemos en Jalisco conformado por las desapariciones, las fosas clandestinas y el colapso forense provocado por el alto número de homicidios, vuelven a aparecer los feminicidios en este arranque de año, como el segundo más grave problema que amenaza la convivencia social en el Estado.

Si al inicio de 2022 nos sacudieron los seis casos que se dieron en los primeros días del año, el doble que en 2021 y mismo número de casos que en 2020, esta escalada de violencia contra las mujeres vuelve a prender los focos rojos y obliga a las autoridades de los tres niveles de Gobierno a revisar y ajustar sus políticas que evidentemente no han podido frenar el crecimiento de la violencia de género, cuya expresión más extrema son los feminicidios.

Si el 2022 cerró con una infausta cifra de al menos 180 feminicidios en Jalisco, los 19 que ya se cometieron en enero trazan una preocupante inercia que haría crecer el luto en muchas otras familias.  

Para parar los feminicidios, pero también los miles de casos de acoso callejero, laboral y escolar, es necesario que la Secretaría de Igualdad Sustantiva trabaje con mayor coordinación con las instancias federales y las municipales, para hacer los ajustes institucionales en instrumentos como las hasta hoy inoperables alertas de género, órdenes de protección y hasta botones de emergencia o alertas de vida que no acaban de sacar de la vulnerabilidad a miles de mujeres, así como seguir pugnando para que se imparta justicia con perspectiva de género y se sancione a jueces y magistrados que siguen dejando en libertad a agresores y asesinos de mujeres. 

Todo un reto que debe ser prioridad de gobiernos más ocupados en muy prematuras pugnas de poder.

jbarrera4r@gmail.com
 

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