Además del fin de semana de enfrentamientos en Ojuelos, Zapotlanejo y Atengo, en los que grupos del crimen organizado volvieron a agredir a policías y militares de la Guardia Nacional y a la población en general con sus narcobloqueos en Autlán y El Grullo, este primer mes del 2023 cierra con una cifra récord de desapariciones en Jalisco, sin duda, el problema de inseguridad número uno en la Entidad.Según datos de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco, desde el 23 de mayo del año pasado no se alcanzaba el número de desapariciones ocurridas en las primeras tres semanas de enero.En la primera tienen un registro de 28 personas no localizadas, mientras en la última semana de diciembre se registraron 15. En la semana del 9 al 15 de enero tienen contabilizadas 25 desapariciones, aunque también habrá que consignar que reportan 14 personas localizadas, que representa también la mayor cifra desde el 23 de mayo del 2022. Lo preocupante es que del 16 al 22 de enero, en la tercera semana, el numero de personas desaparecidas crece a 33, con sólo 6 localizaciones.Desde luego, detrás de cada una de esta cifra hay historias desgarradoras de dolor e incertidumbre por no saber del paradero de sus seres queridos. Otras terminan con el luto y la indignación de las familias que los encuentran sin vida.Historias de estas tragedias dejarán marcado también este inicio de año. Está ahí la lección de solidaridad, pero también de hartazgo de todas las comunidades asentadas entre la ciudad de Zacatecas y Colotlán, que lloraron y protestaron por la injusta y aún impune muerte de Viviana, Daniela, Irma Paola y de José Melesio Gutiérrez. Como se sabe, ellas eran vecinas de ese municipio del Norte de Jalisco, y junto con José Melesio Gutiérrez, un destacado arquitecto guanajuatense, quien estaba de visita proveniente de Estados Unidos para los preparativos de su boda con una de ellas, y murieron a manos de sicarios del crimen organizado cuando regresaban el 25 de diciembre de Jerez. Sus cuerpos fueron localizados en una fosa clandestina en el Estado vecino. O la historia del joven ingeniero Miguel Lozano, desparecido el pasado 20 de enero. Su familia y amigos salieron a la calle a exigir su localización. Fue encontrado sin vida el fin de semana.Lo dicho, si las autoridades quieren que Jalisco deje de ser la Entidad donde más desapariciones se cometen, deben pasar de sólo localizar fosas y exhumar los cadáveres que ahí se encuentran, a detener a los raptores para que privar de la libertad a ciudadanos, inocentes o culpables, deje de ser un crimen sin castigo y que por ello crezca día con día.jbarrera4r@gmail.com