Seguramente ya todos escucharon o vieron alguno de los promocionales del Instituto Nacional Electoral (INE) que invitan a los mexicanos a una nueva cita con las urnas el 1 de agosto próximo. Se trata de una consulta ciudadana en la que se pide responder con un “sí” o con un “no” a una pregunta:“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.Desde el púlpito que tiene todas las mañanas en Palacio Nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha pedido que se interprete esta pregunta reelaborada por los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y que en lugar de leer lo que está escrito, se piense que en realidad están haciendo una consulta a los mexicanos para que decidan si quieren o no que se juzgue a los expresidentes mexicanos Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.Jurídicamente es un despropósito. No tiene pies ni cabeza porque como ya lo han dicho especialistas, abogados litigantes y hasta estudiantes de Derecho, es innecesario preguntarle a la gente si deben o no esclarecerse las decisiones políticas y garantizar los derechos de las víctimas. En otras palabras, sean expresidentes o hijos de vecino, si cometieron delitos, la autoridad competente está obligada a investigarlos y eventualmente castigarlos.Hay un par de cifras que deben tenerse presentes en relación con la consulta: primero, que el INE gastará poco más de 500 millones de pesos para aplicarla, y segundo, que a fin de que el resultado sea “vinculante”, es decir, que obligue a las autoridades, debe participar el 40% de los ciudadanos registrados en el Listado Nominal de Electores, lo que equivale a 37 millones de personas.Utilizar esa cantidad de dinero en un país plagado de carencias como el nuestro, es un despilfarro inútil; esperar que haya 37 millones de personas interesadas en participar es cuando menos ingenuo.¿Entonces cuál es la utilidad de la consulta popular?Si usted pensó “ninguna”… se equivoca.Significará un gran triunfo para el Presidente Andrés Manuel López Obrador.Primero que nada, el mandatario fortalece el discurso para sus seguidores incondicionales: ellos creen y promueven que con la consulta se somete a la justicia a los expresidentes, a pesar de que sea totalmente falso.Adicionalmente, el reto para el INE es mayúsculo, y no porque incumplan su obligación (van a organizar la famosa consulta tal como lo marca la legislación), sino porque es literalmente imposible que haya una votación de 37 millones de personas; al instituto le espera un reclamo público de la presidencia. No se van a escapar de eso y seguramente, de que se reavive el discurso de la reforma para disminuirlos.Y sobre el tema central del mensaje presidencial: ¿irán a la cárcel los expresidentes? Pues no... pero López Obrador habrá conseguido otro triunfo político.jonasn80@gmail.com / @jonasJAL
