Viernes, 29 de Marzo 2024
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La educación virtual

Por: Guillermo Dellamary

La educación virtual

La educación virtual

Es momento de poner en la mesa del diálogo el acontecer cotidiano de la escuela virtual en casa. Al menos desde la perspectiva que me ha tocado vivir.

En principio parecía la mejor opción ante la cuarentena, pero nos hemos ido dando cuenta de que tiene sus pros y sus contras. Ahora vemos que muy rápido comienza a cansar y a convertirse en algo demasiado rutinario y sin ningún atractivo, ni para el maestro ni para el alumno. 

Por un lado ha surgido la evidente carencia de recursos pedagógicos, por parte de los maestros y las mismas escuelas, para cumplir con los programas de estudio. Amén de que el recurso más utilizado es la pantalla, el hacer trabajos, el escuchar clases virtuales y hacer más y más trabajos que de plano tienen atiborrada la mente ( ya fatigada) de los alumnos de distintas edades. 

Además, hemos notado que es insuficiente la infraestructura de Internet, sobre todo su estabilidad, alcance y accesibilidad para todos, que es indispensable. Al igual que contar con los equipos adecuados y actualizados para cumplir con las exigencias actuales. 

Muchos estudiantes no cuentan con el espacio adecuado en casa para hacer sus trabajos y poderse concentrar de una manera tranquila y sin interrupciones. Los familiares de alguna manera intervienen, a veces para bien y otras para enfadar y materialmente perturbar y estorbar. 

Hemos descubierto que el papel fundamental de la educación lo lleva el maestro en relación con el alumno, y que toda la demás infraestructura es una intermediaria que muchas veces ni se necesita ni es indispensable, que bien se puede omitir y beneficiar directamente a los maestros. Lo cual implica que se revalore su papel y desde luego sus ingresos. Ya que en muchas escuelas privadas se paga mucho dinero por toda la infraestructura que finalmente no es indispensable para el importante vínculo maestro/alumno. 

Un factor muy importante es la socialización, que en esta experiencia de aislamiento ha resultado de suma importancia (que ya se sabía) para el crecimiento, motivación y desarrollo de los alumnos. Pero que ahora podemos claramente separar una de la otra, ir a la escuela no se trata de ir a un club social, sino a estudiar. Lo que ya para algunos pensadores implica que la jornada académica puede llevarse a cabo en unas cuantas horas por la mañana, y el resto del día asistir a un autentico club social, cultural y deportivo donde efectivamente se socialice, se practiquen diversas actividades formativas, culturales y recreativas sin querer integrar todo en un mismo espacio. 

Estamos aprendiendo que nos hace falta desarrollar una tecnología adecuada y más efectiva para la enseñanza/aprendizaje virtual. Y dejar más clara la diferencia de estudiar, socializar, aprender y practicar diversas actividades culturales. 

La educación más importante es la que se realiza en relación a los padres de familia, a la motivación y al acompañamiento, que de alguna manera se había abandonado, y dejado casi en su totalidad a la escuela. Los padres se enteraban más del resultado/evaluación que del proceso. 

Finalmente son momentos de cuestionar los limitados programas oficiales, y proponer más flexibilidad y libertad, tanto del alumno como a los maestros, para que sugieran qué es lo más importante a enseñar y a aprender. 

Sin duda el tema de la educación será uno de los más grandes retos después de esta pandemia. Tienen que surgir importantes modificaciones y mejoras.

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