El 6 de junio de 2010 en un cibercafé de Alejandría, Egipto la policía sacó a un sujeto acusándolo de tráfico de drogas, golpeándolo hasta la muerte. Dos días después, Wael Ghohim, quien era ejecutivo de Google abrió una cuenta en Facebook que llevaba como título ‘Todos somos Khaled Said’ (la víctima). Siete meses después, cuando la proliferación de la página se había convertido en clamor, se llevó a cabo la masiva manifestación en El Cairo pidiendo la renuncia del dictador Hosni Mubarak, que se dio dos semanas después.Un acontecimiento parecido sucedió en Túnez, donde la población unida y animada por las redes sociales provocaron manifestaciones que provocaron la caída de otro dictador, Zine Abidene Ben Ali. Estos movimientos dieron vida a la Primavera Arabe que fueron un impacto social en el norte de África y los territorios árabesEl común denominador o herramienta que dio vida a las manifestaciones fueron las redes sociales.En ejemplos más recientes de la potencialidad y penetración de las redes lo tenemos con el expresidente Donald Trump. Prácticamente manejo al país desde un teléfono. Desde su cuenta de Twitter despidió a gente de su gabinete, dio órdenes, manipuló a parte de la población, confundió a la gente, fabricó mentiras y provocó la división del país.Al margen de la eficacia de las redes sociales y beneficios que representan, tienen debilidades y desventajas cuando se usa para divulgar mentiras, se agreda, altera información y se desoriente.En Estados Unidos el tema de la regulación ha llegado recientemente hasta presentar en comisiones del Senado a los dueños y ejecutivos de las redes sociales. La Unión Europea por su parte desde hace diez años viene estudiando cómo poner un orden jurídico sin afectar a las redes y no interferir con su libertad de expresión.Recientemente Ana Paula Zacarias, Secretaria de Estado para Asuntos Europeos de Portugal, dijo en el Consejo Europeo, “Sin el escrutinio democrático y un juego equilibrado, hay un riesgo para los usuarios, así como para la participación pública. Son las leyes que tienen que definir las reglas del juego, definir que es ilegal y que no es, lo que se tiene que retirar y lo que no se debe retirar”.En México esta semana se conoció la propuesta del senador Ricardo Monreal para regular las redes sociales. Iniciativa que provocó airadas reacciones y que para muchos se interpretó como intención de ‘control estatal’ de los contenidos.El asunto de la regulación de las redes no debe ser de interés nacional, sino internacional. La forma como han crecido, la penetración que tienen y el impacto que provocan debe ser de interés mundial. Además, el objetivo debería ser regular, pero no para censurar. Es sencillamente ordenar un mercado de contenidos que está fuera de control y que nunca nos imaginamos de la manera como fuera influir en nuestras vidas. ¿Usted, qué opina?.
