Viernes, 29 de Marzo 2024
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Premeditación, alevosía y ventaja

Por: Eugenio Ruiz Orozco

Premeditación, alevosía y ventaja

Premeditación, alevosía y ventaja

Mientras la sociedad, presa de incertidumbre y de angustia, se truena los dedos; mientras millones de mexicanas y mexicanos, personas que trabajan, luchan cotidianamente, se auto emplean y obtienen sus ingresos en la economía informal no saben de qué van a sobrevivir las próximas semanas; mientras los poderosos omiten o son laxos en su compromiso con aquellos que han contribuido a construir su riqueza; mientras algunos gobernantes en medio de la opulencia exaltan las virtudes de la pobreza; mientras los enfermos se preparan para “bien morir”, el Presidente y sus adláteres se aprestan a consumar en el Congreso de la Unión un desacato aberrante.

¡¡¡Cuidado!!! Muchas de las desgracias de nuestro país tienen que ver con el deseo incontrolado de quienes, llegando al poder, tratan de mantenerlo en sus manos. La razón es que no llegan a servir a la sociedad, sus motivaciones son otras. Están vacíos de Ética. La Moral, como dijo Gonzalo N. Santos, “es un árbol que da moras”.

En el siglo XIX Porfirio Díaz, arguyendo la falta de democracia, se levantó en armas contra Benito Juárez proponiendo en el Plan de la Noria el principio de “Sufragio efectivo, no reelección”. Con el mismo propósito encabezó el Plan de Tuxtepec contra Sebastián Lerdo de Tejada. Una vez sentado en la silla la ocupó más de treinta años.

El 5 de octubre de 1910, Francisco I. Madero promulgó, en contra de la dictadura de Díaz, el Plan de San Luis bajo el lema de “Sufragio efectivo, no reelección”. El resultado de la elección se respetó unos meses y luego la violencia ensangrentó el cuerpo del país: La Revolución Mexicana. Más de un millón de muertos y la economía destrozada.

En 1928 el intento reeleccionista del candidato electo Álvaro Obregón concluyó con su asesinato.
En 1936 Cárdenas exilió del país a Plutarco Elías Calles que, después del “Maximato”, aspiraba a reelegirse.

Aun cuando Miguel Alemán le hizo gestos a la reelección, la verdad es que no se atrevió. El principio de “Sufragio efectivo, no reelección” fue, por muchos años, un valladar insuperable para las ambiciones de algunos expresidentes: Echeverría y Salinas.

Debemos tener claro que el Estado funciona por sus Instituciones y que éstas, las Instituciones, están soportadas en principios.

Los Principios son la base, el sustrato filosófico, ético, jurídico y político que da sentido y rumbo a la acción pública. Los principios, valga el ejemplo, son como los mandamientos religiosos, solo que para la vida secular.

Los principios son los grandes referentes, la brújula que deben orientar a quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos de una sociedad, de una Nación.

Cuando se transgreden los principios, se viola la confianza que el pueblo depositó en sus gobernantes.

Y si el Presidente, abusando de la mayoría incondicional de diputados y senadores que le obedecen ciegamente, “ordena” (para perpetuase en el poder, intención que no puede confesar), y aquellos en un acto de abyección le obedecen, estará propiciando conflictos cuyas consecuencias son impredecibles.

¡Cuidado! ¡No juguemos con la Historia!
 

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