Martes, 16 de Abril 2024

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Seré curioso, señor presidente…

Por: Diego Petersen

Seré curioso, señor presidente…

Seré curioso, señor presidente…

En un extraño video/ de la mañanera/ señor presidente/ del imposible / vi en pleno gozo/ y en plena euforia/ y en plena risa/ su rostro simple/ seré curioso/ señor presidente/ de qué se ríe / de qué se ríe.

Sí, por supuesto, la mayoría de los lectores ya habrán atinado que estoy parafraseando el poema “Seré curioso” de Mario Benedetti y que popularizó la cantante Nacha Guevara en su espectáculo “Nacha de Noche”. La risa del presidente el viernes pasado sobre la portada del periódico Reforma que reportaba que van 45 masacres en este año, mientras que el presidente había “informado” que ya se habían terminado, generó indignación e incendió la redes. Lo menos que podemos decir es que resulta patético que en aras de ridiculizar a quien él ha construido como enemigo sea capaz de reírse de algo tan delicado y sensible como la muerte de personas inocentes a manos del crimen organizado o de las propias fuerzas armadas de este país.

¿De verdad el presidente piensa que la prensa es el enemigo; que el problema a resolver es que no haya quién contradiga sus datos, quién cuestione sus planteamientos? ¿De verdad cree que la prensa, antes crítica y hoy servil, en la que se apoya le va a ayudar a gobernar mejor? Podemos estar o no de acuerdo con la línea editorial de un medio u otro, para eso existe una gran variedad, lo importante en una democracia es que los medios se asuman como lo que son, un contra poder frente al Estado y los poderes fácticos. Ningún medio en sí mismo satisface ni cumple como el gran contrapoder; todos tienen y representan intereses, y todos generan contra pesos.

El papel y obligación del Estado es asegurar que exista un sistema de libertades donde pueda desarrollarse no un medio, sino muchos medios que generen un ecosistema en el que las ideas diversas y la crítica -constructiva, destructiva o feroz- puedan fluir y coexistir. Cuando el presiente desde el púlpito mañanero señala, ataca, le pone nombre y convierte en enemigos del gobierno a quienes contradicen sus datos, cuestionan sus políticas o revelan actos de corrupción, desde una clara posición desigual de poder lo que hace es destruir el ecosistema de libertades. El problema no es el mensajero, por incómodo y sangrón que nos parezca, sino los datos contenidos en el mensaje.

Sí, por eso firmé el desplegado que tanto hizo enojar le presidente.

Toca al gobernante dimensionar el contenido de ese mensaje, evaluarlo a la luz del resto de los datos, ponerlo en perspectiva y tomar decisiones, normalmente complicadísimas. Después de todo/ usté es el palo/ mayor de un barco/ que se va pique… reza el penúltimo verso del poema de Benedetti.

Al igual que el poeta uruguayo yo también, una vez más, seré curioso, señor presidente: de qué se ríe, de qué se ríe.

diego.petersen@informador.com.mx
 

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