Fue a mediados de noviembre -días después de los comicios- mediante un conteo manual de las boletas electorales cuando se confirmó la derrota de Donald Trump en las urnas del estado de Georgia, que era clave para aspirar ganar la elección presidencial. Posteriormente, en los primeros días de enero -en una elección de desempate- dos congresistas demócratas del mismo estado sacaron de sus curules a dos republicanos, para que de esa forma recuperar el control del Congreso.Esas derrotas fueron fulminantes para el ex mandatario. Se había quedado sin la Casa Blanca y perdió el Senado. Trump buscó recuperar la elección tratando de ‘convencer’ a funcionarios electorales en Georgia que ‘le encontraran’ los votos necesarios para revertir el resultado. Su procedimiento le ganó demandas de intento de fraude electoral que actualmente se ventilan en las cortes.Georgia, estado republicano por tradición -desde 1992- y donde más polémica se creó sobre los protocolos o formas en las que los ciudadanos pueden votar y en donde la eleccion de noviembre pasado giro alrededor de los votantes negros, ha cedido a las presiones de Trump que desacredito el sistema de votacion del estado. El gobernador Brian Kemp promulgó el jueves pasado una ley de reforma al sistema electoral, que pone restricciones a las votaciones por correo, limita el número de urnas volantes, acorta el periodo para votar cuando no se puede estar presente el dia de la votación y otorga más control a la legislatura sobre la forma como se manejan los comicios. Esto -dicen los analistas democratas y grupos a favor de los derechos de los votantes- intenta marginar o bloquear a los votantes de color, que fueron quienes maracaron la diferencia en el triunfo democrata en el estado.Los reclamos en otros estados -por diferentes razones- han provocado revuelo en las legislaturas estatales en todo el país, que tratan de arreglar los procesos y evitar problemas en elecciones futuras. En 47 estados están proponiendo restricciones -parecidas a las de Georgia- con un total de 361 propuestas que son analizadas en estos días.Todo esto, sin duda un triunfo de Donald Trump que ayudaría a suprimir a muchos electores que en la pasada elección colaboraron a sacarlo de la Casa Blanca. Y con esto, haciendo mucho ruido y sin aparecer, Trump ha iniciado su campaña en la búsqueda de la presidencia para el 2024.Pero las maniobras de Trump también han provocado controversia fuera del entorno político, como ha sido en el sector corporativo, quienes han manifestado su desacuerdo a las restricciones que se quieren aplicar al sistema electoral. Compañías de la envergadura de American Airlines, Coca Cola, Dell y Delta Airlines -entre otras- han surgido en la polémica después del anuncio de cancelación del Juego de las Estrellas de béisbol -que estaba programada a celebrarse en Atlanta-, una vez que la organización de Grandes Ligas (MLB) mostró su oposición a los cambios de los procesos electorales en Georgia.El asunto se ha convertido en pleito de ‘pesos pesados’ de la política. El ex presidente Barak Obama escribió en Twitter “Felicidades a la MLB por tomar una posición a favor de los derechos de los votantes”, mientras que Trump arremetió y dijo que “que esas compañías interfieren con las elecciones libres y justas”.Trump ya ‘alboroto el gallinero’ en un punto neurálgico del proceso político y ahora enfoca sus baterías a atacar a la administración del presidente Joe Biden en algo que puede ser el ‘talón de Aquiles’, el problema de los migrantes. Dicen sus allegados que en los próximos días planea un viaje a la frontera para obtener personalmente ‘municiones’ y de esa manera tener más elementos para combatir al enemigo que los sacó de la Casa Blanca.¿Usted, qué opina?.daniel.rodriguez@dbhub.net
