El libro como defensa para la vida

GUADALAJARA, JALISCO (07/DIC/2015).- Ante periodistas y miembros de la comunidad cultural tapatía, el cerrojazo de las actividades de la Feria Internacional del Libro fue del Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2015 al periodista Sergio González Rodríguez.

Un par de horas antes del cierre oficial, el Salón Juan Rulfo recibió a cerca de 300 personas para celebrar la trayectoria de González Rodríguez como periodista en el ámbito cultural.

Sergio afirmó al final de su breve discurso de aceptación que “El libro es la defensa de la vida”. Previamente celebró que exista un espacio dedicado a la cultura del libro con las magnitudes de la FIL de Guadalajara, a la que calificó como una continuación de la cruzada educativa que José Vasconcelos lanzó luego de la Revolución. Elogió la labor de su presidente, Raúl Padilla López.

El presidente de la FIL comentó al principio de la ceremonia que el homenaje “reconoce la trayectoria de los periodistas culturales más destacados de México”. Mencionó datos sobre los delitos cometidos contra la libertad de expresión: “en quince años 103 periodistas han muerto, con 25 desaparecidos”.

Mauricio Montiel Figueiras, escritor y periodista, charló sobre la forma en que conoció al premiado. Mauricio citó en varias ocasiones los textos de Sergio: desde una columna del año pasado en donde celebra la FIL como uno de los últimos grandes festejos culturales, hasta fragmentos de su más reciente libro sobre los 43 estudiantes desaparecidos. El momento polémico fue cuando leyó una columna de hace años en donde Sergio criticó el premio FIL a Bryce Echenique, escritor acusado de plagio. También resaltó su generosidad con los jóvenes. Término su participación citando de nuevo a Sergio: “Lo mejor de la vida es la vida misma”.

Reconocen su labor

Luis Enrique López, director de Más por Más Guadalajara, expuso el carácter del periodismo cultural, que explora una agenda “por lo regular ajena a lo cotidiano, deportivo o político”. Del homenajeado agregó que posee una “narrativa exquisita”, existente en sus más de veinte libros y unas cinco mil columnas, calculó.

Rafael Pérez Gay, director de Cal y Arena, arrancó con una broma y aclaración sobre su tono de voz: “No tengo voz, respeto que no sea chikungunya porque todos vamos a quedar fastidiados”.

Se remontó a sus inicios en la profesión: publicaba uno De sus primeros trabajos en la revista Nexos, “Desde entonces no ha dejado de publicar”, con ya 38 años de escribir “Con la fe de un carbonero y la fuerza de un joven”, afirmó. Al igual que el resto de los ponentes, Pérez Gay resaltó la labor de Sergio dentro género del periodismo de investigación, en especial su interés por exponer los casos de las muertas de Ciudad Juárez. Esta investigación, agregaría más tarde Luis Enrique López, casi le costaría la vida a González Rodríguez, ya que fue privado de su libertad y golpeado, al grado que posteriormente necesitó una intervención quirúrgica.

René Delgado, director del diario Reforma, afirmó que su relación con Sergio González Rodríguez es, antes que de amistad, de lector y de editor. Por ello su celebración por la entrega de este homenaje fue la del júbilo del lector y el agradecimiento del editor. Elogió la capacidad de Sergio de entender y explicar la realidad a través de sus textos.

Tonatiuh Bravo Padilla, rector general de la Universidad de Guadalajara, entregó el reconocimiento antes de que Sergio tomara la palabra. Durante la hora y media de presentación también estuvo presente Marisol Schulz, directora de la FIL.

Al término de la entrega del homenaje, la voz oficial de la FIL resonó en las bocinas del salón para anunciar que ésta se trataba de la primera actividad de la siguiente feria, que marca el 30° Aniversario de la fiesta de los libros: “Los libros y esta feria nos van a sobrevivir”, afirmó Sergio González Rodríguez.

EL DATO

Más sobre el autor

Sergio González Rodríguez nació en la Ciudad de México en 1950. Ha publicado crónica, ensayo. Su libro “Los bajos fondos, el antro la bohemia y el café” (1988) le granjeó gran cantidad de lectores. En 1990 debutó en las letras de ficción con la novela “La noche oculta”. En 1992 publicó “El centauro en el paisaje, de vuelta al género del ensayo”. En crónica publicó “Huesos del desierto” sobre los feminicidios en Ciudad Juárez (2002) y “Hombre sin cabeza” (2009).