Itinerario

GUADALAJARA, JALISCO (18/ABR/2011).- La palabra Santa nos remite, por razones de calendario, a la semana que hoy da inicio y de igual manera a otras acepciones ligadas a la liturgia católica, de donde el escritor mexicano, Federico Gamboa, tomó el título de su gran novela, Santa,  publicada en 1903 y convertida en cortísimo tiempo, en el primer gran betseller mexicano.

Quiero sugerir esta lectura porque el tiempo de ocio vacacional abre la posibilidad de disfrutarla.  De conocer su importancia en las letras nacionales, como producto de un hombre dividido entre el estudio de la jurisprudencia y el ejercicio del periodismo; entre la representación diplomática y el exilio político, como variables de un pensador que se desarrolla en un país en el que el factor común fue la transformación identitaria.

Pero más allá de las fuerzas que Santa representa en el terreno de la estética literaria y del reflejo sociopolítico de su momento, la novela considerada por unos como realista y como naturalista por otros, viene a surgir ahora como estela de vanguardia en el tratamiento que hace de temas que nos ocupan hoy día y que Federico Gamboa puso sobre la mesa de la discusión nacional hace más de un siglo: el aborto, la homosexualidad y el adulterio.

Al menos estos tres temas han tenido una relevancia en todo el país y de manera particularmente polémica en nuestro Estado, en donde la labor de los diputados se ha sumergido en una lenta y a veces, incongruente legislación:
Del aborto lejos de conquistar su despenalización se ha hecho una especie de resguardo normativo a iniciativa del Ejecutivo y bajo la supervisión celosa de autoridades ecleciásticas; de la homosexualidad, la Legislatura actual no ha entrado con todas sus facultades a reivindicar los derechos que le corresponde a quien goza –de acuerdo a la propia Constitución mexicana- de su derecho a elegir su sexualidad; dos temas a los que se les guarda un profundo silencio o una hábil capacidad política para evitar el compromiso y no provocar el enojo de los poderes fácticos.

Respecto al adulterio, Jalisco a través de sus diputados se ha visto actual y retador: se ha decidido desactivar su penalización ante la imposibilidad de comprobarlo. Un avance significativo en el camino hacia una sociedad de vanguardia, en la que los derechos de la pluralidad, de la diversidad y de la equidad de género deben prevalecer ante cualquier intento de conservadurismo inoperante y retrógrada, lejano y perjudicial a una sociedad exigente como la que tenemos.

Y por más elementos de cambio, fundamentales para los mexicanos de hoy, la lectura de Santa, en esta Santa semana, es una opción para el disfrute de un tiempo que demanda la conciencia ciudadana.