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Cultura | Murió a los 58 años, víctima de una enfermedad renal

Porque parece mentira, Daniel

Los restos de uno de los narradores mexicanos más singulares y reconocidos, ganador del Herralde 2008, descansarán en Coahuila

Por: SUN

Apenas el viernes se anunció que se le concedía el Premio Nacional de Ciencias y Artes.  /

Apenas el viernes se anunció que se le concedía el Premio Nacional de Ciencias y Artes. /

CIUDAD DE MÉXICO (20/NOV/2011).- El narrador mexicano Daniel Sada, considerado un orfebre de la palabra y un renovador de la novela mexicana, murió el viernes a los 58 años en la capital del país, víctima de una enfermedad renal que lo aquejaba desde hace varios años y tras varios meses de vivir al filo de la muerte, entre hospitales y convalecencias.

Hace unas semanas su nombre se barajaba entre los acreedores al Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011, máximo reconocimiento que otorga el gobierno mexicano a quienes han enaltecido al país.

Él lo supo y declaró que la noticia le había levantado el ánimo, aunque se manifestó sorprendido pues, dijo, se trataba de una distinción que suele brindarse a mayores de 60 años.

Sin embargo, era muy grande su pesar debido a las molestias de su enfermedad y a la penuria económica debido a que no contaba con seguridad social que le permitiera cubrir sus gastos médicos.

El viernes por la tarde la Secretaría de Educación Pública confirmó que había ganado en la categoría de Lingüística y Literatura, premio compartido con el escritor José Agustín. Sada ya no se enteró, había caído inconsciente desde las primeras horas del viernes y murió por la noche.

Sada era considerado uno de los principales impulsores de la literatura del norte, pero sobre todo es definido por muchos colegas, como creador de una geografía sin fronteras, sin ciudades, ni habitantes definidos.

Él, en una entrevista publicada a finales de 2009, aseguraba: “Soy un escritor muy atípico. No quiero escribir ni leer lo que vivo”.

El narrador mexicano que llegó a la ciudad de México a principios de los años 70 con una formación muy clásica y que hablaba de La Ilíada y La Odisea con un tono “bien ranchero”, aseguraba que lo que “Casi nunca haría” -aludiendo al título de su penúltima novela- sería: “Traicionarme a mí mismo. Ser insincero en mi manera de escribir, acoplarme a las exigencias del mercado, no vislumbrar lo que es mi mundo; es decir, adoptar una posición que me es totalmente ajena. Necesito escribir lo que sale de mi corazón, estrictamente”.

Sorprende a la literatura


Daniel Sada fue discípulo del escritor Juan Rulfo en el Centro Mexicano de Escritores, de esta relación, dijo alguna vez, aprendió muchas mañanas, entre ellas, según Elena Poniatowska, la creación de un universo propio. “Pero no la brevedad ni la del barroquismo”, admitió Sada a El País en el 2001. También guardó muchos secretos del autor de Pedro Páramo, según Alberto Vital, pues lograron una amistad que atrajo confesiones y confidencialidades.

Ese universo propio o maña rulfiana lo dejó en claro en la novela Porque parece mentira la verdad nunca se sabe, en la que se mezclan noventa personajes con la realidad violenta y fraudulenta sociedad mexicana de los años sesenta y setenta. Para escritores como Carlos Fuentes y Álvaro Mutis, esta obra que mereció el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares 1999, fue una revelación para la literatura mundial.

Mientras que para el chileno Roberto Bolaño, Sada había escrito “una de las obras más ambiciosas de nuestro español, parangonable únicamente con la obra de Lezama”.

El crítico literario Christopher Domínguez Michel escribió así de la novela: “Él no puede rehuir la responsabilidad de haber escrito la novela más endiabladamente difícil de la literatura mexicana”.

Para el escritor, que nació en Baja California en 1953 -“con calor de 52 grados”-, y se crió en un pueblo desértico del norte de México -“con mil habitantes, más muertos que vivos”, su novela que tanta sorpresa causó en el medio literario fue un “acto de amor a México realizado a través de una caricatura”.

Así lo declaró en el 2001: “Es donde siempre he habitado y todavía me sorprende. Imprevisible y mágico. Nunca nadie puede decir la última palabra sobre México. Su realidad será sucia, sí, pero de una suciedad muy especial. Excremento y dulzura”.

El Premio Herralde de Novela

Obtuvo el Premio Herralde de Novela 2008, uno de los más prestigiados en lengua española dotado con 23 mil dólares por su novela Casi nunca, habitada por Demetrio Sordo, un agrónomo con una vida aparentemente resuelta, pero que un día decide que necesita sexo, para después dedicarse a vivir a expensas de sus circunstancias y sin convicciones.

Pese a que con Porque parece mentira la verdad nunca se sabe, obtuvo elogios de críticos y colegas, Casi nunca le cambió la vida.

“Siempre me he manejado con bajo perfil. Sale un libro mío y doy unas cuantas entrevistas, se publica la novedad en algunos lados y ya, pero ahora he hablado con gente de muchos países y de todos los medios, radio, televisión, internet, revistas. O sea que todo se agolpa de manera inusitada”, dijo en ese tiempo.

La novela la comenzó a escribir en los años 80, pero el primer resultado no le gustó -no encontraba el punto de vista, decía-. La dejó descansar casi una decáda, pero tampoco quedó satisfecho. Volvió a ella una y otra vez, “hasta que quedó a la quinta” a finales del 2000, cuando encontró “la voz narrativa que me pareció correcta”.

“Me sublimo una vez que encuentro el punto de vista, soy de los escritores que necesitan escribir gozosamente, el sufrimiento y la angustia no se me da”, declaró a la prensa.

El luto


Los restos de Daniel Sada fueron velados ayer sábado en la agencia funeraria de García López de la Zona Rosa, ubicada en la calle General Prim. Amigos, lectores y miembros de la comunidad cultural acudieron a ofrecer el pésame a la familia.

En el transcurso de la mañana de este sábado, se informó que el cuerpo del autor de Una de dos sería cremado y las cenizas trasladadas a Coahuila. Además, recibirá un homenaje el 15 de enero próximo en la Sala Manuel M.Ponce del Palacio de Belllas Artes.

Desde temprana hora de ayer la noticia del fallecimiento se convirtió en uno de los temas más comentados de las redes sociales como Twitter. Personajes de la cultura y lectores manifestaron su pesar por la pérdida de Sada. Leerlo, el mejor homenaje, coincidieron.

PARA SABER
Sus novelas


* Lampa vida (Premiá Editora, 1980)
* Albedrío (Leega Literaria, 1989, Tusquets, 2001)
* Una de dos (Alfaguara, 1994, Tusquets, 2002)
* Porque parece mentira la verdad nunca se sabe (Tusquets, 1999).
* Luces artificiales (Joaquín Mortiz, 2002)
* Ritmo delta (Planeta Mexicana, 2005)
* La duración de los empeños simples (Joaquín Mortiz, 2006).
* Casi nunca (Anagrama, 2008).
* A la vista (Anagrama, 2011).

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