Sábado, 27 de Julio 2024
Entretenimiento | Cine. Rodaje a partir del 9 de febrero

''Las oscuras primaveras'', el nuevo reto de Ernesto Contreras

El guión de esta nueva película otra vez corre a cargo de su hermano Carlos

Por: EL INFORMADOR

Ernesto Contreras recibió el Sundance Institute-Mahindra Global Filmmaking Award, un apoyo para el filme ''Sueño en otro idioma''. EL INFORMADOR /

Ernesto Contreras recibió el Sundance Institute-Mahindra Global Filmmaking Award, un apoyo para el filme ''Sueño en otro idioma''. EL INFORMADOR /

CIUDAD DE MÉXICO (29/ENE/2013).- Aunque su despegue internacional se dio en un abrir y cerrar de ''Párpados azules'', el cineasta veracruzano Ernesto Contreras tiene los ojos bien abiertos a los diversos proyectos que lo ocupan y que lo convierten en uno de los nuevos directores con más futuro y presente en la industria nacional.

Nacido el 17 de octubre de 1969, Contreras estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México –CUEC- y antes de la ópera prima protagonizada en 2007 por Cecilia Suárez y Enrique Arreola con la que fuera distinguido en festivales como el de San Sebastián, Sundance, Cannes y Guadalajara, había llamado la atención con sus cortos ''Ondas hertzianas'' y ''El milagro''. Otro cortometraje de ficción, Los no invitados, ganó en 2004 el Ariel.

Una mujer que sufre insomnio, otra que se pinta los párpados con sombra azul y es prácticamente muda: los personajes y las historias de Contreras son el reflejo de una sensibilidad que anida en lo más hondo del drama humano. Sus criaturas parecen navegar con un solo propósito: encontrar una respuesta para aquello que no suele tener explicación.

Trabajo conjunto

Se vale Ernesto de la mirada también aguda de su hermano Carlos, el guionista de ''Párpados azules'' y su más estrecho colaborador en los proyectos anunciados. Por uno de ellos, el filme ''Sueño en otro idioma'', Contreras recibió recientemente el Sundance Institute-Mahindra Global Filmmaking Award, un apoyo económico que entrega el famoso festival creado por Robert Redford y cuyos otros galardonados provenían de  Israel, Rumania y Malasia. Los 20 años que este director le lleva invertidos al cine en el que cree no bastan para que los medios nacionales, atados a la esclavitud del glamour hollywoodense con el que destacan –a veces exageradamente- la carrera de otros cineastas, destaquen una labor que tiene sin dudas la vocación de futuro tan necesaria para el séptimo arte local.

Personajes como Contreras, cuyo reciente trabajo ha sido el documental Seguir siendo, dedicado a la banda de rock Café Tacvba, construyen día a día el estado de una cinematografía que, como la mexicana, se niega a dejarse vencer por las adversidades.

A una semana de iniciar el rodaje de ''Las oscuras primaveras'', con José María Yázpik, Cecilia Suárez e Irene Azuela en los papeles principales, el director jarocho habla de la pasión, de sus actores favoritos y de cómo es eso de ser el capitán en un barco donde florecen los instintos básicos que no aplaca ni con gritos ni con sombrerazos.

''Las oscuras primaveras'', con producción de Mónica Lozano, se centra en un triángulo amoroso muy intenso y que constituye un desafío para el cineasta, quien muestra una cara plena de felicidad por lo que considera “un cast excelente”. El 9 de febrero comienza en el Distrito Federal.

Diario de una pasión

—¿Qué hace falta para ser un director de cine: temple, carácter, espíritu de sacrificio, técnica?


—El primer requisito es la pasión. Sin ella no puedes hacer nada. Y la pasión está relacionada con la disciplina, el valor, la entrega, el trabajo. Puedes ser talentoso, pero sin pasión y energía de nada vale el talento.

—¿Se trata de una pasión por el cine o una pasión por el don de mando, por el control?

—Creo que es una combinación de ambas. El de director es uno de los pocos oficios en donde te conviertes en el eje, en el capitán. Es una actividad que no se puede comparar con nada y en ella se combinan en partes iguales la historia que quieres contar con tu necesidad de que el ego se exprese.

—¿Y cómo es la sensación en un rodaje?

—Hay mucha emoción, también hay susto, pero creo que una vez que llegas al set y das la primera instrucción, es como echarse un clavado y ahora nádale, porque tiene que salir bien. Cuando tienes un día de rodaje lo que más te preocupa es tener las cosas claras en la cabeza para poder transmitirlas. Por otro lado, sabes que tanto el actor como el fotógrafo también están nerviosos. Hay mucha energía acumulada que el director tiene que saber conducir y canalizar. Estoy convencido de que en los rodajes afloran los instintos más básicos como el hambre, la sed, la pulsión sexual…todos instintos de supervivencia que el director tiene que encauzar para lograr la mayor armonía posible. Me gusta dirigir con tranquilidad, los gritos y sombrerazos los dejo para cuando realmente son necesarios.

—Su hermano Carlos es el guionista de sus películas. ¿El cine en ustedes es una cuestión de familia?

—No. Mi madre es maestra de primaria y mi padre, contador público. Creo de todos modos que sin querer queriendo mi padre por alguna razón decidió llevarnos a ver películas desde muy niños. Se trataba de filmes que no entendía del todo bien en ese momento, como ''El ángel exterminador'' o ''El ciudadano Kane'', pero que tenían algo interesante. La gran influencia que tuvo mi madre en nosotros, a la hora de hacer cine, tuvo que ver con su forma de contar las cosas. Mi madre tiene una manera fascinante de narrar todo, siempre hace una reconstrucción muy detallada de los hechos, casi cinematográfica.

—¿Qué papel juega la ambición en su tarea?

—Hace 20 años que trabajo en el cine, pasé por todas las instancias siempre con el objetivo de convertirme en director y decidí consagrar mi vida a ello. Mi trabajo es lo más importante y no hay otra cosa que me entusiasme más que tener un proyecto. Todo el tiempo estoy escribiendo, leyendo, pensando en relación al cine. De otra forma, difícilmente las cosas pueden suceder.

El cine mexicano y lo que vendrá

—¿Se siente parte de un sistema que podríamos llamar cine mexicano?

—Antes que nada me considero un director de cine. Lo que quiero es hacer películas durante toda mi vida y no me importa dónde. Lo que me gusta es pensar que puedo filmar en cualquier parte del mundo. Mis historias tienen que ver con seres humanos. Estoy muy abierto a todo y me interesa sorprenderme, enfrentar retos inesperados. Nunca me hubiera imaginado, por ejemplo, que iba a dirigir un documental sobre Café Tacvba. Sin embargo, cuando surgió la oportunidad, se convirtió en algo muy importante para mi carrera. Con respecto al cine mexicano en sí, me gustan las cosas que están pasando y me gusta mucho estar en contacto con gente de mi generación como Fernando Eimbcke, Rodrigo Plá, Gerardo Naranjo, quienes además son mis amigos, pero lo mejor para mí es no saber qué pasará mañana.

—Esto de que la profesión lo acompañe adonde vaya…

—Exactamente. El cine se trata de vidas, de personajes, de seres humanos, no necesariamente tiene una nacionalidad. Me gusta el trama en términos narrativos y mi hermano Carlos es un experto en crear personajes complejos y con muchas dimensiones. Por eso siempre pienso que el cine para mí son los ojos, los rostros, los close up, no lo puedo ver de otra forma.

—El premio que ganó en Sundance fue para hacer la película “Sueño en otro idioma”. ¿De qué se trata?


—La idea de este filme surgió del productor holandés Raymond van der Kaaij, quien durante un festival de cine en Grecia leyó una noticia que hablaba de la desaparición de una lengua en México. Le pareció que allí había una película y esa misma noche conoció a mi hermano, quien también estaba en ese festival. Raymond ya había visto Párpados azules y por eso invitó a Carlos a escribir el guión. Cuando me contaron la historia al principio no me interesó mucho, pero cuando leí el guión me encantó.

—¿Hay una historia cinematográfica además de dar cuenta de la pérdida de un idioma?

—Sí. Hablar de la muerte de un idioma en realidad es un pretexto para generar una reflexión acerca de lo que pasa en nuestro planeta. Muchas veces la identidad de una cultura se diluye sin que nadie se dé cuenta por la llamada modernidad o porque a veces no estamos conscientes de su importancia. Lo que hizo Carlos (Contreras) a partir del hecho puntual de la pérdida de un idioma generar una historia que tiene que ver con la diversidad, la identidad, la tolerancia… también hay una historia de amor, obviamente. Se trata de un guión escrito en inglés pero que se va a filmar en español, así que estoy en esa fase de adaptación.

—¿Y no lo mata la ansiedad?

—He aprendido a manejarla. Es mucho dinero el que se necesita para hacer una película y lo importante es transitar el camino trazado para que las cosas avancen a su ritmo.

—¿Hay algún actor o actriz con el que sueña trabajar?


—Mi actriz preferida es la francesa Isabelle Huppert, me encantaría algún día poder hacer algo con ella. Me encanta Vincent Casell, entre los actores.

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