Una visión del humor corrosivo de Alejandro Colunga

GUADALAJARA, JALISCO (12/JUL/2012).- Un plano general capta la entrada de un circo entre tinieblas. La toma comienza a cerrarse mientras viaja a través de un pasillo hacia la explanada principal. Una sombra se distingue poco a poco, deja ver el maquillaje descuidado y corrido de un payaso en su escenario desértico. “Era un sueño para mí estar en el centro del circo, frente al espejo, pintado del color de mi corazón”, dice la figura en esta secuencia inicial de Fogonero del Delirio, el largometraje documental que narra la vida del artista plástico Alejandro Colunga.

Como preámbulo al estreno comercial en salas de cine, se dieron a conocer detalles de la producción original de la Universidad de Guadalajara con el apoyo de Eficine, de acuerdo con el estímulo fiscal establecido en el artículo 226 a la producción cinematográfica en México. Gabriel Torres Espinoza, director de Operadora de Televisión Abierta, habló sobre cómo esta cinta se basó en la intensidad de la imaginación, la pasión y el humor corrosivo que caracteriza a Alejandro Colunga. A través de pasajes de su infancia, se muestra una Guadalajara con situaciones delirantes que se reflejan en su obra emblemática.

Durante 90 minutos se conoce (a través de testimonios de algunos de sus siete hermanos y de las personas más cercanas al pintor y escultor), su vida, obra, lo que llegó a inspirarlo y lo que además lo llenó de miedos y angustias durante el proceso de convertirse en un artista reconocido.

Como la secuencia de apertura muestra, el largometraje mantiene como temática ambiental el circo, pues, según comentó el director Gustavo Domínguez, los personajes circenses son una figura poética constante en la obra pictórica y escultórica de Colunga.

La música forma parte fundamental de la pieza audiovisual. Los temas evocan atmósferas con danzón, bolero, música religiosa, jazz, rock, mariachi y ritmos caribeños, que van acompañando la historia de un infante Alejandro en sus visitas a la iglesia o sus travesuras que tanto llegaron a definir su personalidad adulta.

Cineasta y artista conviven por primera vez

En entrevista, el realizador del documental, Gustavo Domínguez, compartió acerca de cómo fue su primer acercamiento con Alejandro Colunga.

“Lo conocí por motivos de trabajo. No para esta película, sino más bien porque él requería que fotografiaran sus obras antes de ser entregadas a sus dueños. Esto fue hace 15 años. Mi hermana Judith Domínguez lo ayudaba a fotografiarlas en su estudio, que lo usaba especialmente para retratar obra plástica. Yo colaboraba en esas sesiones”.

El trabajo de ambos es muy compatible. De acuerdo con el director, Fogonero del Delirio se realizó a través de una convocatoria de la UdeG a la que él envió su propuesta, la cual “estaba plagada de ideas originales; en esto coincidimos Alejandro y yo: creamos a partir de la imaginación, no de manera realista, sino desde la visión de una mente enloquecida. El trabajo fluyó muy bien, él se mantuvo respetuoso a mi idea, sin querer intervenir en el proceso creativo”, explicó el cineasta.

Accidentes que marcan la vida

En la cinta se aprecia cómo el padre de Colunga, quien conducía un tren, se ve envuelto en un accidente ferroviario, en el que los vagones donde viajaba un circo se incendian. Esa historia queda marcada de por vida en la mente del artista y por lo tanto tiene una gran carga en su creación. La escena es recreada gracias a una animación que retoma personajes de las pinturas de Colunga.

“Filmarla de forma realista era imposible. Echamos mano de otra artista plástica, la extraordinaria Rita Basulto. Ella también es de Guadalajara, no es la primera vez que trabajamos juntos y se unió a todos los demás talentos locales como el director de fotografía (Juan Cristóbal Castillero) y el director de música (Mario Osuna), que hicieron posible esta cinta, explicó Domínguez, quien se rodeó de un equipo de trabajo muy cercano a él, tanto en lo creativo como en lo geográfico.”

EL DATO
En dónde verlo

Fogonero del Delirio se estrenará mañana y continuará hasta el 19 del mismo mes en el Cineforo de la Universidad de Guadalajara con funciones diarias a las 16:00, 18:00 y 20:00 horas.