Domingo, 22 de Diciembre 2024
México | ITINERARIO POLÍTICO POR RICARDO ALEMÁN

Andrés Manuel y Marcelo; guerra de terciopelo

Los dos, López Obrador y Ebrard, ya entendieron que no hay futuro para uno sin el otro

Por: EL INFORMADOR

Ricardo Alemán.  /

Ricardo Alemán. /

Se equivocan de “cabo a rabo” quienes apuestan al choque inevitable y a la guerra mortal entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, en la lucha por la silla presidencial de 2012. ¿La razón?

Que como nunca en la historia político-electoral mexicana, se vive una simbiosis entre las capacidades, lealtades, fortalezas, orígenes y objetivos de Andrés Manuel y Marcelo. Es decir, que uno —López Obrador— sin el otro —Ebrard— no llegará muy lejos. Y el segundo —Marcelo— sin el primero —Andrés Manuel— no podrá derrotar a nadie en julio de 2012.

En pocas palabras, que la vida político electoral de Andrés Manuel y Marcelo vive un destino manifiesto: el de caminar juntos, sumar fuerzas, alimentar de manera mutua sus objetivos y, si lo logran, hacer el milagro de la vida político-electoral más allá de populismos, radicalismos, mesianismos e iluminados.

Los dos, López Obrador y Ebrard, ya entendieron que no hay futuro para uno sin el otro —sobre todo lo entendió Marcelo—, y ahora falta saber si entendieron que la apuesta es formidable, histórica, de verdaderos hombres de y para el poder, de estadistas. ¿Cuál es esa apuesta?

La de los políticos que hacen historia, uno de ellos reciente, Heberto Castillo, gracias a cuya grandeza hoy están donde están Andrés Manuel y Marcelo. La apuesta es dejar de lado las enfermas ambiciones de poder, sumar a favor del mejor, más capaz, mejor colocado, y por el que entienda que llegó el momento del fin de la mediocre clase política mexicana. ¿Serán capaces López Obrador y Ebrard de un acto de grandeza como ése? La gran pregunta.

Por lo pronto, nadie puede ignorar que ese adefesio llamado “izquierda mexicana” —cualquier cosa que sea— tiene en 2012 una oportunidad histórica de cambio real —que no existió en 2006, porque sólo apareció un mesías—, y de construcción de una cultura de competencia leal, grandeza y compromiso, y que sólo existe un momento para tomar esa oportunidad. ¿Serán capaces?

López Obrador es el más depurado animal político surgido en décadas; el de mayor talento para liderar las causas sociales. Y en efecto, ni es estadista ni demócrata. Pero Marcelo es uno de los políticos más inteligentes, con mayor preparación y empaque, el más cercano al estadista y el que mejor entiende y practica la democracia. La simbiosis se antoja ganadora. Y en el Estado de México probarán sus fortalezas —en el territorio de su verdadero adversario—, pero no se tocarán ni con una hebra de terciopelo. Ésa será la guerra de terciopelo, la simbiosis del cambio. Al tiempo.

En el camino


¿No que no...? No se hagan bolas, los gobernadores mandan en sus estados y en el Congreso. Son los caciques y virreyezuelos. ¿Más pruebas...? ¿Y qué?, sólo falta que digan que los narcos entregaron la mota.

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