En el año 79 d.C., la ciudad de Pompeya, ubicada en la región de Nápoles, al sur de Italia, fue consumida por la devastadora erupción del volcán Vesubio. Este fatídico evento sepultó la ciudad bajo una capa de ceniza y piedra pómez, deteniendo el tiempo y convirtiéndola en una cápsula histórica. Hogar de familias prominentes del Imperio Romano, Pompeya brinda hoy información invaluable sobre la vida cotidiana y la organización social de aquella época.Acorde al especialista en Arte e Historia, Rodrigo Ortega Acoltzi y, con información extraída de National Geographic. La actividad en Pompeya comenzaba con los primeros rayos de luz. Los panaderos encendían sus hornos, los campesinos recolectaban huevos y ordeñaban vacas, mientras la servidumbre llenaba cántaros de agua en las fuentes públicas. El desayuno típico consistía en pan fresco, queso, huevos y frutas.Durante época de verano y bajo el sol de mediodía, el calor obligaba a hacer una pausa en las actividades. Las comidas ligeras, como pescado, pan y vegetales, acompañadas de vino y agua, eran la norma. En ocasiones, los habitantes de Pompeya disfrutaban de los espectáculos de gladiadores en los anfiteatros; siempre uno de los contrincantes debía bañar a la tierra con su sangre, morir. Por la tarde, algunos optaban por la siesta, mientras otros acudían a los baños públicos. Estos espacios no solo servían para la higiene, sino que eran centros de relajación, ejercicio y negocios. Los hombres discutían asuntos comerciales, mientras las mujeres organizaban la vida social de sus familias en secciones reservadas.Al anochecer la cena era la comida principal, un momento para que las familias disfrutasen de carne, pescado, pan y fruta. También era común cenar en tabernas, algunas ubicadas cerca de lupanares. Sin embargo, las calles de Pompeya eran peligrosas por la noche, todos preferían evitar la violencia de su oscuridad.Sin embargo, la vida en Pompeya no era igual para todos. Mientras las familias acomodadas disfrutaban de cierto confort, las clases trabajadoras enfrentaban graves desigualdades. Muchos de los restos humanos descubiertos pertenecen a esclavos y sirvientes, quienes no pudieron escapar del desastre, a diferencia de sus amos.En la actualidad, las ruinas de Pompeya son un destino turístico popular y un sitio de investigación arqueológica. Los artefactos descubiertos, como juguetes, altares, graffiti, hogazas de pan petrificadas, ánforas de vino, collares de perros, mosaicos y murales, ofrecen un vestigio de su pasado. Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO