Una de las grandes figuras de la literatura en el mundo es la escritora italiana Dacia Maraini, quien recientemente fue una de las invitadas especiales de la pasada edición 37 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Nacida cerca de Florencia, Italia, en 1936, la autora se ha desempeñado como novelista, poetisa, ensayista y dramaturga.Su vida ha estado marcada por la cultura desde su nacimiento, su padre fue antropólogo, su madre fue pintora y su abuela y bisabuela fueron escritoras. Dacia se desarrolló en el seno de una familia de intelectuales. Sin embargo, también ha sido marcada por los conflictos bélicos.En 1943 emigró a Japón porque su padre estudiaba a un grupo étnico, así que durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial su familia fue internada en un campo de concentración para antifascistas cuando ella apenas tenía siete años, permaneciendo en ese sitio hasta 1946.Y a propósito de que el concepto de guerra sigue muy presente en las sociedades contemporáneas, para muestra lo que sucede en Ucrania y en la Franja de Gaza, la autora dialoga con EL INFORMADOR sobre este fenómeno que ha permeado en tantas generaciones.“Nosotros en Europa pensábamos en haber superado las guerras mundiales, porque locales todavía hay”. Con respecto a lo que sucede en otros lugares del mundo, reflexiona: “Hay conflictos que no se logran resolver y que podrían acabar en una guerra mundial, es un peligro concreto que percibimos todos en este momento”.Comparte también que la experiencia que ella vivió en el campo de concentración en Japón, “ha sido un trauma, una herida muy profunda. La guerra trae consigo destrucción y muerte. No fomenta el desarrollo, más bien rompe la cadena de desarrollo de cualquier país”.A propósito de las temáticas que se abordan actualmente en Italia, la autora resaltó que las novelas italianas de hoy en día abordan como tema principal la crisis de la familia: “La estructura de la familia cambió porque se alargó mucho la vida de nosotros los seres humanos, ahora la gente se casa más de una vez, incluso cambió nuestra relación con los adultos mayores, quienes viven más tiempo, pero ¿quién tiene que cuidar de ellos? Entonces, ahora hay una estructura diferente con respecto al pasado”.También destaca que el mundo le ha abierto las puertas a importantes cambios sociales: “Por ejemplo, antes la homosexualidad no era aceptada, porque se creía que había un peligro concreto de extinción de los seres humanos. Ahora el tema es más aceptado e incluso hay uniones civiles y esto cambia la visión y la manera en la que se estructuran las familias”.En ese sentido, recordó Dacia que hace unos meses murió una escritora italiana muy importante que se llamaba Michela Murgia, “ella decía que la familia ya no puede fundarse sobre la relación de consanguinidad, más bien tiene que radicarse en una unión y elección de sentimientos, afecto y afinidad entre los seres que la conforman”.Y señala que esta autora no sólo teorizó este modelo de familia, sino que lo llevó a cabo, “estuvo con personas que eligieron vivir juntas, y como familia (establecida) compartían dinero, opciones y deberes, así como la residencia. Entonces, este es un modelo que no tiene que ver con los lazos de sangre, sino en la libre decisión de las personas que quieren convivir”.Dacia también es una autora interesada en hablar de movimientos sociales como el feminismo, del cual destaca hay una paradoja, pues mientras aumenta el acceso profesional para las mujeres -aunque no en todo el mundo-, por otro lado crecen los delitos en contra de las mismas: “En países escandinavos como Suecia, el cual nosotros consideramos modelo de desarrollo, hay un aumento de delitos en contra de las mujeres, esto es muy inquietante, es una contradicción que estamos viviendo, una paradoja, las mujeres ahora se independizan económicamente, lo que impulsa a otros hombres a tener una reacción violenta en contra de ellas, pues tienen miedo de perder el privilegio del mando”.Con respecto a qué es lo que a ella le interesa desarrollar como escritora, confiesa que la novela se origina desde las profundidades del inconsciente “y cuenta nuestra relación con la realidad. No se puede elegir fríamente lo que hay que contar”. Por eso es que en esta etapa de su creación está promoviendo un libro en el que habla de sus experiencias en el campo de concentración durante su infancia, éste lleva por nombre “Vita mia: Giappone, 1943. Memorie di una bambina italiana in un campo di prigionia”. Sin embargo, como la creativa que es, está reflexionando sobre desarrollar otros proyectos, pero de momento no quiere hablar al respecto porque justo quiere darle difusión a este texto que habla de su experiencia en Nagoya, Japón.“Este libro lo comencé a desarrollar desde hace muchos años, luego lo dejé y lo volví a retomar varias veces, pero frente a las amenazas de la guerra, decidí retomarlo definitivamente y terminar de escribirlo. Mientras lo redactaba me llegaron a la memoria recuerdos que yo pensaba que había olvidado. Entonces, el ejercicio de la escritura tiene también esta función de ayudar a rememorar cosas del pasado y crear una relación dialéctica con la memoria”.Finalmente, sobre su evolución como autora, resalta: “Cada escritor tiene su propio estilo, el cual no viene de una construcción mecánica, sino de una estructura interior que se puede confrontar como si fuera una pequeña partitura musical”.TOMA NOTA“Memorias de una ladrona”.“Querido Pier Paolo”.“Diálogo de una prostituta con su cliente”.“La larga vida de Marianna Ucrìa”.“Cuerpo feliz”.“Clara de Asís”.“Trío. Dos amigas, un hombre y la peste en Sicilia”.“Isolina, la mujer descuartizada”. “Los años rotos”.“Dulce de por sí”.“Bagheria”.“Amor robado”.“El tren de la última noche”.“Voces”.“Pasos apresurados”.“Un clandestino a bordo”.