Con Canadá como país invitado, el Festival Cultural de Mayo (FCM) dio inicio ayer en el Teatro Degollado, recinto que se transformó en el escenario de apertura con el espectáculo “Reckless Underdog” de la compañía Rubberband. Doce bailarines desplegaron una intensa coreografía dividida en tres actos que atravesó distintos lenguajes corporales, del ballet clásico a la danza urbana, con una ejecución que fusiona lo aparentemente irreconciliable.La función —que se repetirá hoy 9 de mayo a las 20:30 horas— ofreció una muestra del enfoque experimental de Rubberband, un grupo que ha redefinido el movimiento escénico contemporáneo al integrar influencias del “break cypher” y la danza contemporánea con una rigurosa formación clásica.Durante la ceremonia de inauguración, el director del Festival, Sergio Alejandro Matos, destacó el carácter transformador del arte y la cultura. “Hoy, nuevamente rendimos homenaje a la cultura, este instrumento transformador a lo largo de la historia, del camino de los seres humanos hacia los dominios de la paz, la solidaridad y el disfrute”.Subrayó, además, el alcance del evento, que este año reúne a más de 400 artistas de distintas disciplinas. “Damos comienzo a un programa que reúne importantes medidas evidentes, un programa que nos presenta obras y actos estupendos de arte mayor. Creemos que el FCM es un esfuerzo de muchas manos, en favor de la expresión artística”, puntualizó.El evento también contó con la participación de representantes institucionales y diplomáticos. María Gómez Rueda, coordinadora general de Construcción de la Comunidad de Zapopan, celebró el sexto año consecutivo en que su municipio participa activamente en el festival. Esta vez, lo hará a través de un proyecto especial que vincula a Zapopan con Quebec por medio de las artes circenses. “Con este proyecto, fortalecemos uno de los programas insignia que tenemos en el gobierno de Zapopan, que es el Centro de Artes Circenses, único en todo México. Ha sido un éxito desde el día uno y hemos visto cambios mejorables a través de este centro en nuestra comunidad. Tenemos que seguir apostando al arte y la cultura como un eje de transformación social”, señaló. Por su parte, Stéphanie Allard-Gomez, delegada general de Quebec en México, puso en contexto la estrecha relación cultural entre ambas regiones. “Un dato que no es menor y que ejemplifica nuestros lazos culturales entre Quebec y México, es que en promedio hay un artista de nuestra ciudad que se presenta en México, cada dos días. Esta cifra no es casualidad, sino muestra de la importancia que damos ambos a la cultura”.En el mismo tono, Cameron Mackay, embajador de Canadá en México, consideró que el FCM no sólo celebra las artes, sino también los vínculos binacionales. “Es un honor para mí estar en este vibrante escenario en una nueva edición del FCM. Este festival no sólo celebra las artes, sino que es un puente entre culturas y países. A través de la cultura, el deporte (remarcando que ambos países serán sede del Mundial de futbol en 2026) y la colaboración, hacemos un futuro más justo y próspero”.Por su parte, Verónica Delgadillo, presidenta municipal de Guadalajara, hizo hincapié en el valor comunitario que representa el FCM. “En Guadalajara, mayo sabe diferente, porque desde hace 28 años sabe a arte, cultura y comunidad”. Resaltó, además, que este encuentro artístico “nos recuerda lo importante que es la cultura como un medio hecho para las personas”, y añadió que “el arte es un puente que conecta países, crea lazos de humanidad más allá de los comerciales”.El Festival Cultural de Mayo se desarrolla desde ayer y hasta el 30 de mayo en distintos recintos de Guadalajara, con una oferta multidisciplinaria que incluye música, danza, teatro, literatura y artes visuales. Uno de los propósitos del Festival Cultural de Mayo en Jalisco es llevar el arte a lo público y aproximar a los tapatíos, desde la calle y el andar diario, a una experiencia cultural significativa, pero que también invite a la reflexión y abra nuevas perspectivas de la mano del arte.“Écos, el canto de lo desconocido”, es una instalación artística e interactiva de gran formato, dispuesta en la Plaza de la Liberación del Centro Histórico, que desde ayer y hasta el 8 de junio llevará a la gente de todos los días a una concientización sobre la vida marina y el impacto de los seres humanos en el océano. La instalación, que forma parte del Festival Cultural de Mayo, presenta una escultura, de tamaño real, de una ballena azul de un año de edad, momento determinante en la vida de estos gigantes, pues es cuando se separan de su madre y se adentran a solas y para siempre en la inmensidad azul del mar.La obra, creada por Mathias Gmachl, incorpora elementos sonoros que remontan a la atmósfera burbujeante y submarina donde se desarrollan estos cetáceos, además de reproducir sus cantos misteriosos con los que se comunican entre sí. Es decir, los tapatíos podrán “escuchar la voz” de esta ballena que, con apenas un año, ha iniciado la soledad de su vida.La escultura de gran formato llamó de inmediato la curiosidad de los tapatíos, que se aproximaron a ella para tomarse fotos, escucharla, y asombrarse con la grandeza -y también la fragilidad- de la naturaleza, reproducida por medio del arte y llevada al espacio público. También los turistas se retrataron frente al cetáceo hecho de metal. Así fue para Alondra y Darío, que asistieron especialmente al Centro Histórico para ver la escultura. “Está muy bonita la ballena”, aseguró Alondra.Una familia conformada por Pina, Mía, Noah y Sandra quedó sorprendida a la hora de saber que ese es el tamaño real de una ballena de un año. “Es muy impresionante, muy bonito, y qué mejor que en las calles de Guadalajara”, compartió la señora Pina.A David, por su parte, le pareció muy buena la iniciativa de llevar el arte a lo público. “Qué padre que traigan estas cosas al Centro, yo ni me imaginaba que una ballena bebé era así de grande, uno se queda chiquito”, dijo. CT
