Viernes, 19 de Abril 2024

James Nuño se aleja del cuento convencional

El escritor presenta “Inundaciones”, donde aborda ocho historias cuyo hilo conductor se revela poco a poco 
 

Por: El Informador

James Nuño ha escrito un libro que se desdobla en experiencias musicales y de video. EL INFORMADOR/R. Solís

James Nuño ha escrito un libro que se desdobla en experiencias musicales y de video. EL INFORMADOR/R. Solís

El escritor tapatío James Nuño promueve su publicación más reciente, el volumen de cuentos “Inundaciones” (El fantasma y la sombra Editorial), en el que reúne ocho historias breves cuyos protagonistas, de alguna forma, se ligan a los universos del agua, la familia, el mar, el ahogo o la contingencia y el azar de los acontecimientos.

Pero este libro está lejos de lo convencional, representa un esfuerzo de colaboración para “ampliar” la experiencia de lectura, para lo cual el autor contó con la colaboración de Izaac Casillas, la artista Diana Salazar, el cineasta Jashua Camarena y la poeta Elisa Díaz Castelo, y así cada sección del libro exhibe un código QR, gracias al cual se pueden escuchar las distintas canciones (de Nuño) y ver los videos.

En entrevista con EL INFORMADOR, Nuño comenta que comenzó a pensar en agrupar estos relatos “en 2020, si mal no recuerdo; todos quisieron formar parte de compilaciones pero no se concretaba nada y, con unos 12 o 15 cuentos en mano empecé a revisar. Hallé algunos vasos comunicantes entre estos ocho y, creo, son los que estaban mejor acabados, y tenían cosas en común”.

Con todo, el agrupamiento de los textos en secciones, refiere el autor, “se dio al ordenarlos, y notar que parecían dispares; también desarrollaba entonces un proyecto de canciones que pensaba para cada relato, pero en el proceso de componer (y a un tiempo revisar los cuentos), no resultaron ocho sino tres canciones. De esa forma, también, los escritos se agruparon en un primer bloque de cuentos (‘Precipitaciones’) relativos a la adolescencia; un segundo (‘Desbordes’), donde el espacio tiene una condición fantástica o incierta; y el último (‘Escurrimientos’), donde los personajes -que viven en el extranjero- enfrentan conflictos en tierras lejanas”.

Arte, música y poesía

Nuño -que se concibe como “músico frustrado”- mostró a Casillas parte del material sonoro en que trabajaba, “y compartí con él mi intención de realizar unos videos, pero también que no tendría tiempo ni posibilidad; pero él me ofreció su ayuda, y comenzamos a cruzar ideas. Ahí surgió el nombre de la artista Diana Salazar y su serie de piezas ‘Princesas en Satín’, las cuales intervenimos para realizar los videos” (de hecho, la portada se diseñó utilizando una de estas obras”.

Por otra parte, al tema para la tercera sección, en palabras del escritor, “le faltaba algo, o eso sentía yo. Y este libro abre con un epígrafe de la poeta mexicana Elisa Díaz Castelo, de su libro ‘El reino de lo no lineal’, y como el tema es un homenaje a una canción de Nine Inch Nails donde aparece la voz de una mujer recitando, pensé en hacer algo similar con el verso del epígrafe, contacté a Elisa y accedió a grabar el texto”.

Esta serie de trabajos no son sino para “ampliar la experiencia del lector”, comparte Nuño, “y es porque yo el cuento y la novela los trabajo de forma diferente. En la novela, me gusta jugar mucho con las formas; y los cuentos, por lo menos yo, los configuro de modo un poco más tradicional, pero me gusta aportarle otros elementos, como en este caso, y ampliar la experiencia de quien lee”.

Y, claro, en este libro, revela el narrador, “los cuentos tienen muchas referencias musicales. Y aunque yo escribo en silencio, me parece que la música siempre acompaña muchas de nuestras experiencias. Pienso que, actualmente, es difícil concebirse una vida sin un soundtrack; una de las promociones de muchas editoriales es, justamente, una propuesta de playlist en Spotify, y es amalgama de música dentro de un libro produce otra música, como la literatura es la amalgama de otras lecturas y otras literaturas”.

Tomarse el tiempo

Como escritor, Nuño es alguien que “toma tiempo”, algo que puede percibir quien lleve cuenta de sus libros y proyectos, “me tomo mi tiempo. Aunque, claro, a veces es algo premeditado y, en otras, se tiene uno que aguantar. La literatura y el mundo editorial tienen sus demandas; yo soy lento para escribir y me gusta dejar reposar los textos, así encuentro cosas mejorables o corregibles. Luego están los tiempos editoriales, entre la entrega de un manuscrito y su aceptación puede pasar mucho tiempo, y eso (muchas veces) no depende del autor. En ese inter hay que trabajar”.

Convencido de que “la vida no funciona” de acuerdo con nuestras ansias juveniles, el narrador tapatío sabe que “hay mucho por hacer, y sé que no se debe apresurar nada. Es mejor, si hay tiempo, aprovechar lo que se pueda. Si algo sucede y se puede sobrevivir en esta profesión, quizá me entre la prisa. Este libro -de hecho- es el inicio de un proyecto que apenas comienza, en colaboración con Alejandro Paniagua, escritor y amigo,  pero está apenas en desarrollo”.

El libro, en físico o eBook, tiene un costo nada exorbitante y puede adquirirse escribiendo un correo a inundaciones.libro@gmail.com o contactando directamente al autor a través de sus redes sociales (@jamesnuno).

Inserción en el mundo

Al hablar sobre el cuento, explica Nuño: “Quizá voy a dar una definición muy clásica, es decir, me parece que si la novela nos cuenta más sobre el personaje, el cuento refiere más a la acción. Por eso, cuando pienso en el cuento tengo una imagen que me provoca algo, y a partir de ahí se desarrolla todo. Es como un agujero negro, algo muy conciso y velado, a diferencia de la novela, donde todo suele ser muy explícito, sobre lo que quiere decir y lograr”.

Y del modo como “Inundaciones” es un libro apartado de su novela anterior -“Los No Muertos” (2016)-, el autor trabaja actualmente en una historia que “es otra cosa; me gusta agotar los temas, no repetirme en los libros. En el libro de cuentos, si algo comparten, es que los protagonistas son parte de una misma generación, todos están un poco perdidos entre sus expectativas propias y las de alrededor”.

Para estos personajes que describe, Nuño deja en claro que es importante, en todos, “la manera en que se insertan en el mundo; y eso tiene que ver con mi generación, pues nos han dicho (o nos hemos dicho) que lo que hacemos es lo que somos, que nos define -de modo importante, si no total- el conciliar la realidad con lo que uno quiere y uno puede. Y ese es el problema, o dilema central de los personajes”.

Tapatío

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