Más allá de su feroz trazo y de la contundencia con que retrató la violencia histórica, la obra de José Clemente Orozco sigue revelando capas ocultas. Esta vez, bajo la lupa de la ciencia. Gracias a un estudio interdisciplinario realizado por la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO) en colaboración con el Museo Cabañas, ha sido posible desentrañar aspectos técnicos y materiales de Los Teules (1947), la icónica serie que aborda el brutal enfrentamiento entre españoles e indígenas durante la Conquista.La investigación —que comenzó en marzo de 2023 y continúa en desarrollo— empleó tecnologías no invasivas como fluorescencia de rayos X, espectroscopía infrarroja y radiografía digital para examinar cinco de las seis piezas que integran la serie, actualmente resguardadas en el Museo Cabañas.“Estos análisis se han hecho a partir de estudios de su imagen, análisis no invasivos que complementan otro tipo de información que se ha tenido a partir de la historia del arte”, explicó Karla Jáuregui Arreola, directora de la ECRO. “Nos ha permitido saber mucho de su obra, de su dimensión histórica y artística, pero que en esta ocasión, desde su estudio material, ponen de manifiesto nueva información que nos permite armar un expediente sobre su obra y sentar las bases para su futura conservación”.El estudio fue realizado por Diana Quintero, Gerardo Hernández y Montserrat Gómez, académicos de la ECRO, junto con Antonio Aguirre, restaurador del Museo Cabañas. Entre los hallazgos más relevantes se encuentra la confirmación de que Orozco utilizó una laca automotiva a base de nitrocelulosa —conocida como piroxilina— sobre tableros de fibracel. Este material, impulsado por David Alfaro Siqueiros en el medio artístico, permitió al pintor experimentar con recursos visuales poco convencionales: escurrimientos, texturas rugosas y craqueladuras que acentúan la tensión y el dramatismo de cada escena.Además, los análisis detectaron una capa base rica en hierro, presumiblemente añadida para intensificar los contrastes cromáticos y acelerar el secado de la piroxilina. La elección de estos soportes industriales y la aplicación de materiales modernos son evidencia de la intención de Orozco por modernizar el lenguaje muralístico sin renunciar a la potencia de su carga simbólica.Las obras analizadas —como Indio con cráneo y Piel en azul— toman como punto de partida las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, en las que se describen masacres, desollamientos y rituales violentos en el contexto de la caída de México-Tenochtitlán. Orozco no reproduce estas narraciones, sino que las transforma en imágenes de profundo impacto emocional y simbólico.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *OA