Martes, 26 de Noviembre 2024

Pérez-Reverte presenta una historia de España poco ortodoxa

El escritor español presentó su más reciente libro en el que compila sus artículos relacionados con el pasado del país ibérico 

Por: SUN

“Yo no soy historiador ni pretendo serlo, solo soy un tipo que lee”, aseguró Pérez-Reverte. AFP

“Yo no soy historiador ni pretendo serlo, solo soy un tipo que lee”, aseguró Pérez-Reverte. AFP

Arturo Pérez-Reverte presentó esta semana “Una historia de España” (Alfaguara), último libro del novelista y académico de la Real Academia de la Lengua Española (RAE). Se trata de una compilación de los artículos que en los últimos cuatro años ha publicado sobre la historia de España en su columna dominical “Patente de corso”, en “XL Semanal”.

“Yo no soy historiador ni pretendo serlo, solo soy un tipo que lee”, aseguró Pérez-Reverte durante una rueda de prensa en España. Por tanto, como dice el título, se trata de una historia de este país ibérico, subjetiva, poco ortodoxa, amarga pero también divertida, que pretende despertar la curiosidad del lector para que acuda después a “historiadores serios”, entre los que cita a Juan Pablo Fusi y Enrique Moradiellos, para “comprender hasta qué punto Viriato, El Cid, Isabel la Católica, Colón, Magallanes, Elcano, Amadeo de Aboya, Isabel II o Fernando VII influyeron de una u otra cosa forma en que seamos como hoy somos, para bien o para mal”, dijo el escritor.

De acuerdo con “El Cultural”, el libro describe cómo los celtas y los iberos se mataban entre sí antes de la llegada de los romanos y termina con la Transición (proceso por el que el país dejó atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco y pasó a regirse por una Constitución que restauraba a la España democrática) porque “quería un final feliz” y porque le daba pereza “contar por enésima vez cómo de nuevo, tras seguir empresas dignas y abrir puertas al infierno, los españoles volvemos a demoler lo conseguido”, con “nuestro habitual entusiasmo suicida”.

Con esperanza

El escritor considera que hay cuatro maneras de abordar la memoria de España: la de gran parte de la derecha, que la ve como “una serie de episodios épicos de los que estar orgullosos” y a la que “le falta la lucidez de quien ve el lado oscuro”; la de buena parte de la izquierda, “que la aborda de la forma opuesta” y “destacando siempre lo negativo”; la de los nacionalismos periféricos, que consideran “España como una aberración histórica” formada por “lugares independientes entre sí”; y por último la suya, “la más ecuánime”, que considera al país ibérico como un “lugar donde pasaron muchas cosas durante muchos siglos, buenas y malas, con luces y sombras”.

Pérez-Reverte considera que “lo de España es un problema de educación y lo ha sido durante siglos” y se siente especialmente defraudado por todos los ministros de Cultura y de Educación. Denuncia que se haya “desterrado” la historia de los colegios, porque “un joven sin memoria está sometido a la manipulación de cualquier populismo de cualquier signo político”.

“Lo que más melancolía me produce”, continúa el escritor, “es ver cómo la derecha se ha apropiado de una historia que la izquierda le ha cedido gratis. No es que la derecha haya colonizado la historia, es que la izquierda se la ha regalado”.

“España es un Estado en demolición”, concluye el escritor. “Quizá merezca ser demolido, ahí no entro. Lo importante es saber qué estamos demoliendo, qué nos estamos cargando. Al caer esos escombros van a sepultar a gente muy decente, muy noble y muy buena que merece mejor suerte. Si no hubiera esperanza, no habría escrito estos artículos”.

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