Lunes, 10 de Noviembre 2025

Oceanida: cuatro mexicanas a la conquista del Atlántico

Lucila Muriel, Eugenia Méndez, Ana Lucía Valencia y Andrea Gutiérrez se alistan para una aventura en remo

Por: El Informador

Las cuatro mexicanas aseguran que están listas y emocionadas para emprender la aventura. CORTESÍA

Las cuatro mexicanas aseguran que están listas y emocionadas para emprender la aventura. CORTESÍA

El Atlántico es el segundo océano más grande en toda la Tierra. Miles y miles de kilómetros de agua cuya geografía es, en gran parte, desconocida. Una fuerza de la naturaleza donde lo que entendemos por inmensidad deja de tener sentido. Espacio donde las horas transcurren en un diálogo constante entre el viento, olas eternas, el rugido de la tormenta que desemboca en tempestades y huracanes, pero que también da vida. 

Es en este sitio del planeta donde un grupo de cuatro deportistas de nuestro país estarán durante más de un mes, remando día y noche en una travesía alucinante en la que recorrerán 4 mil 800 kilómetros, enfrentándose a posibles tormentas, olas de más de seis metros de altura, corrientes veleidosas, y en la que, en cierto punto de la vastedad, estarán más próximas a la Estación Espacial Internacional que a cualquier otro lugar de tierra firme. Cuatro valientes deportistas que buscan convertirse en las primeras mujeres mexicanas en recorrer el Atlántico de esta manera. 

Oceanida es el nombre del grupo conformado por estas mexicanas que buscan hacer historia, pero que también van tras un propósito más grande: el cuidado del mar y de la naturaleza, y apoyar a más mujeres a que consigan sus metas y sus sueños. Las cuatro deportistas que remarán a través de la mar inmensa son personas entusiastas y sin límites que aman la naturaleza y han explorado todas las posibilidades de su cuerpo, que saben de lo que son capaces, y que buscan expandir sus horizontes todavía más. 

En conversación con EL INFORMADOR, el equipo de Oceanida compartió los múltiples retos que implica lograr la meta de cruzar a remo el océano Atlántico. Llevar a puerto una empresa semejante requirió para estas cuatro deportistas cerca de cuatro años de esfuerzos físicos, mentales, psicológicos, administrativos y económicos que se verán recompensados el próximo 12 de diciembre en el que iniciarán su travesía de más de un mes sin otro testigo que el Sol, el mar y las estrellas.  

Una experiencia que cambiará la vida 

El equipo de Oceanida está conformado por Lucila Muriel, de 33 años, que se ha entregado a la incertidumbre del nado en mar abierto y ha caminado por el mundo con la curiosidad de su cámara fotográfica; Eugenia Méndez, de 22 años, estuvo navegando un año alrededor de los mares del mundo entero; Ana Lucía Valencia, de 28 años, caminó en completa soledad más de 4 mil kilómetros a través de México, Estados Unidos y Canadá; Andrea Gutiérrez, de 23 años, ha recorrido a canoa, en dos ocasiones, la Travesía Sagrada, 70 kilómetros que comprenden desde Playa del Carmen hasta Cozumel. De modo que la idea de navegar por más de un mes en medio de la inmensidad del océano no es más que el resultado de años de preparación, curiosidad y de lucha constante para romper barreras y probarse a sí mismas, abrir puertas a mujeres, y cuidar en el mundo que han nadado, caminado y aprendido a querer.  

Oceanida competirá en el contexto del World’s Toughest Row, evento operado por la empresa española Atlantic Campaigns, que desde el 2012 operan esta impresionante carrera de remo oceánico que comprende 4 mil 800 kilómetros desde La Gomera, en las Islas Canarias de España, hasta Antigua y Barbuda, en el Caribe. Oceanida será el primer equipo mexicano conformado por mujeres que contenderá en esta competencia. Su intención no es ser las primeras en llegar, ni tampoco ganar la carrera; no hay victoria más grande que cruzar un océano entero a remo, y ser las primeras mujeres de nuestro país en hacerlo. 

“Es muy increíble ser pioneras, es como abrirse paso en un deporte inexistente en México, abrir camino tanto en este deporte, pero también como en el deporte femenil por todos los obstáculos que se te presentan”, compartió Lucila Muriel, capitana del equipo, y la cual tuvo la idea de congregarse con estas mujeres para hacer historia. “Hay que resolver temas desde importación de nuestro barco, hay que llevarlo, hay que moverlo. Hay que ver sistemas eléctricos, cursos de náutica; hay muchos retos psicoemocionales, es una competencia de muchos días entonces es muy importante la comunicación entre nosotras. Ponernos de acuerdo cuatro cabezas tan diferentes para regresar a una sola idea”.  

Una vez que partan de las Islas Canarias este 12 de diciembre, las chicas estarán más de un mes en mar abierto. Tiempo en el que, si bien estarán acompañadas y monitoreadas, la realidad es que se enfrentarán solas al océano. A pesar de todos estos años y meses de preparación, ellas son conscientes de que, a la hora de la verdad, la única realidad de mar es que es impredecible. 

Es una fuerza que no responde a la lógica; al mar poco le importa que ellas se hayan preparado por cuatro años, que se hayan esforzado tanto, que hayan entrenado sin descanso. Tormentas y olas enormes aguardan en la incertidumbre de esos 4 mil 800 kilómetros. El equipo de Oceanida lo sabe, y están listas. 

“Estamos calculando estar haciendo 50 días aproximadamente. Los equipos de cuatro personas están llegando aproximadamente a mediados, finales de enero. Contamos con dos embarcaciones de apoyo, pero considerando también que no solo somos el único equipo, sino 30. Entonces son dos flotas que están a cargo de estas 30 embarcaciones, una frente de la flota, y otra por detrás”, comparte Eugenia Méndez. 

“Sí están ahí para auxiliar, pero contemplando que pueden ser 3, 5 o hasta 7 días desde que solicitas el apoyo hasta que se acercan a ti. Algo que hemos platicado recientemente es que conocemos el mar.  Lo hemos nadado, lo hemos navegado. Pero el mar tiene varias caras, y hay algunas que no se van a presentar sino hasta que estés en medio del océano. Si llega una tormenta, todo se tiene que asegurar. Y si tenemos que meternos a cabina, te quedas derivando, no hay nada que hacer más que derivar. Mucha paciencia, dejarnos llevar por el mismo mar, y esperar que la tormenta nos esté llevando a favor y no de regreso”.

EL INFORMADOR

Los desafíos para cumplir un anhelo

Para lograr cruzar el Atlántico, las chicas de Oceanida se han preparado a lo largo de cuatro años. El entrenamiento del equipo es integral: tienen que considerar lo físico, lo mental y lo psicológico. 

El exhaustivo entrenamiento físico va acompañado de un acompañamiento psicológico, en el que han tomado talleres necesarios para salir adelante en la mar salvaje bajo el sol y el azote de la sal. 

Talleres como la comunicación no violenta y asertiva, en un contexto en el que todo puede pasar, pero al que ellas se anticipan con sus virtudes más grandes: que se conocen y se apoyan, que hay amor en el proyecto, y que no se subestiman a sí mismas, sino que saben de lo que son capaces. 

Estas complicaciones se acompañan de otro tipo de retos que como mexicanas se enfrentan en el país: la falta de recursos y de apoyo, la falta de altruismo, y la realidad indiscutible de que en México falta mucho para que los deportistas de todas las disciplinas salgan adelante. 

Aunado a esto, hay otros precipicios que tienen que sortear por el simple hecho de ser mujeres, precipicios que son de una índole muy distinta, pero mucho más profunda. Pues hay personas que en lugar de reconocer la labor titánica que implica cruzar un océano entero, se enfocan en cuestiones un tanto irrelevantes como saber si cuatro mujeres son capaces de atravesar todo un mar conviviendo entre sí, y lidiando al mismo tiempo con aspectos como la menstruación y las hormonas

“En el ámbito de ser mujeres sí hay retos que se pueden identificar”, dice Andrea Gutiérrez. “Una pregunta que nos han hecho mucho es cómo le vamos a hacer siendo cuatro mujeres con todo este tema hormonal, en el cómo nos podríamos de acuerdo, lo cual es una pregunta absurda porque no es que sea más complicado, sino que es distinto. Las mujeres tendemos a ser mucho más empáticas, hay mucho amor en el proyecto, mucha compasión entre nosotras, y algo que tenemos a diferencia de otros equipos varoniles, es que no están poniendo atención en esta parte comunicativa, emocional. Nos subestiman mucho por ser mujeres, a veces perdemos esa credibilidad y el mexicano tiene a quitarle credibilidad a las mujeres de hacer proyectos grandes. Entonces lo que le falta a México es entender que las mujeres también hacen cosas de este estilo, hay muchas cosas que trabajar”.

Listas para hacer historia

Las chicas de Oceanida buscan lograr mucho más cumplir la ya de por sí impresionante hazaña de cruzar un océano. 

Con su proyecto apoyan también a asociaciones de mujeres como el Fondo Guadalupe Musalem, organización que apoya a jóvenes indígenas y afromexicanas de zonas rurales de Oaxaca con el fin de que continúen sus estudios de bachillerato y universidad, y a Sirenas de Natividad, un grupo de cinco mujeres de Baja California Sur que durante más de 10 años se han dedicado a promover la participación igualitaria en el océano y el sector pesquero. 

Además, se han alineado con marcas y empresas que compartan el respeto al océano y la igualdad de la mujer, y llevarán a cabo limpiezas de playas como parte de su campaña de recaudación de fondos.

Las chicas de Oceanida están preparadas para lo que viene. Quedan varios días antes de que zarpen a través del Atlántico en una aventura en la que, sin importar el puesto en el que queden en la competencia, saben que harán historia, que abrirán camino para mujeres, que pondrán el nombre de México en alto. 

“Es importante enseñarles a las mujeres que sí se puede. Que sí da miedo y sí es incómodo y es salir de tu zona de confort, pero así es la vida. Puedes llegar a lograr lo que tú quieras si pones el corazón y pones las ganas, y así empujar a más mujeres a que consigan sus sueños, para mí es muy importante, al igual que cuidando la Tierra e invitar a más gente a cuidarla. Nada sale como tú quieres. Nada, pero al final todo pasa. Y solo es cuestión de ajustar tus velas, porque el viento va a seguir cambiando. Todo va a fluir como tenga que fluir”, finalizó Lucila Muriel.

CT

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