El templo Expiatorio de Guadalajara volverá a convertirse en escenario de una de las tradiciones musicales más queridas de la ciudad: el XXVI Festival para Órgano “Manuel de Jesús Aréchiga”. Este jueves 27 de noviembre de 2025, a las 8:30 PM, la entrada será libre. El organista Felipe Adrián Rojero Herrera ofrecerá un concierto que abarca más de dos siglos de música escrita para este instrumento majestuoso.La velada abrirá con el primer movimiento de la Quinta Sonata de Felix Mendelssohn, un Allegro con brio que condensa la energía luminosa del compositor alemán y que representa la recuperación romántica del órgano como instrumento de concierto. El programa avanzará hacia un territorio más introspectivo con la Suite Gótica de Léon Böellmann, una de las obras más interpretadas del repertorio organístico moderno. Sus secciones —Introducción, Minueto, Plegaria a Nuestra Señora y la célebre Toccata— permiten apreciar el dramatismo y la arquitectura sonora del instrumento en toda su amplitud.Uno de los momentos centrales del recital será la interpretación del Segundo Libro de Gustavo Delgado, compuesto por siete movimientos que transitan entre lo litúrgico, lo meditativo y lo simbólico: Introitus, Lamentatio I, Interlude sur les Grands Jeux, Lamentatio II, Le lay de la fontainne, Le lay de plour y Le lay de l’image. Esta obra, de profundo carácter contemporáneo, dialoga con la resonancia del espacio y exige una sensibilidad interpretativa particular.Para cerrar la noche, Rojero ofrecerá un guiño festivo con su propia Suite Navideña, que entrelaza himnos tradicionales —Adeste fideles, We Wish You a Merry Christmas— con piezas como 25 de diciembre y Fun Fun Fun, en un arreglo pensado para el colorido y la potencia del órgano monumental del Expiatorio.La sede del concierto, el Templo Expiatorio, es uno de los edificios más emblemáticos de Guadalajara. Su construcción comenzó en 1897 bajo la dirección del arquitecto Adamo Boari y atravesó varias etapas a lo largo del siglo XX, hasta completarse en 1972. Considerado el máximo ejemplo del neogótico en México, destaca por su fachada elaborada en piedra tallada, sus vitrales franceses y su torre con reloj alemán y carrillón.El Expiatorio no solo es un hito arquitectónico, sino también un recinto privilegiado para la música sacra: su acústica, rica en resonancia prolongada, permite apreciar con plenitud la complejidad tímbrica del órgano monumental instalado en su interior.La música para órgano posee características únicas: su potencia sonora, la amplitud de sus registros y la capacidad de imitar desde timbres orquestales hasta voces humanas la convierten en un instrumento de vasto colorido. Cada órgano es una pieza irrepetible, construida específicamente para el espacio que ocupa, lo que vuelve cada interpretación un diálogo singular con la arquitectura. Su sonido —grave, profundo, expansivo— ha acompañado durante siglos la liturgia cristiana, pero también ha sido vehículo de composiciones modernas que exploran su carácter casi sinfónico. Asistir a un concierto de órgano es, por ello, una experiencia acústica total: una comunión entre instrumento, intérprete y recinto.AS