Hace cuatro años, mientras algunas de sus antiguas compañeras competían en Sochi, Sarah Schleper estaba alejada del esquí alpino. Había participado en cuatro Juegos Olímpicos, representando a Estados Unidos, y no pensaba volver a las competencias.Ayer sumó su quinta experiencia olímpica, por una promesa de amor... a su marido, a sus hijos y a México.Desafortunadamente, no consiguió otro objetivo: la mejor participación mexicana en una prueba de esquí. Ese logro sigue correspondiendo a Hubertus Von Hohenlohe, quien se ubicó en el lugar 26 en Sarajevo 1984.En su primer recorrido en la prueba de slalom gigante, Schleper se colocó en el puesto 39, coincidente con sus años de edad. Pero en el segundo perdió el equilibrio durante el tramo inicial, y no concluyó la prueba.“La pista exige muchas condiciones técnicas. En mi primer recorrido tomé algunas precauciones adicionales. En el segundo quise buscar algo más, y no funcionó. Pero la sensación de vivir mis quintos Juegos Olímpicos es muy especial, sobre todo hacerlo con México, pues los mexicanos se han convertido en mis fanáticos más grandes”, explicó Schleper.¿Por qué aventurarse a retomar el esquí y a representar a un país sin tradición de deportes olímpicos?“El esquí no lo dejaré nunca del todo. Es algo que me mantiene joven. En cuanto a lo de México, esto nació después de que me casé. Un mes después de Sochi obtuve mi pasaporte mexicano. Mi marido es mexicano, mis hijos también, hablo español y estoy muy orgullosa de representar a este hermoso país del que es originario mi esposo”.Efectivamente, el español de Schleper es prácticamente impecable.Tras la boda con el empresario mexicano Federico Gaxiola, Scleper comenzó a meditar si podía volver a unos Juegos Olímpicos.“Él estaba muy ilusionado con esa idea de que yo compitiera para México. La verdad, el apoyo financiero que recibía de Estados Unidos no es el mismo con México, pero he trabajado mucho para conseguir esto. Al final, creo que me faltaron oportunidades de practicar. Desde junio hasta que llegué a PyeongChang, sólo había esquiado en diciembre”.Y aunque Schleper no emuló a Von Hohenlohe en la pista, vistió orgullosa una creación del legendario esquiador mexicano, cuatro veces participante en los Juegos Olímpicos de Invierno.El oro en el slalom gigante femenil fue para la estadounidense Mikaela Shiffrin, la plata para la noruega Ragnhild Mowinckel y el bronce para la italiana Federica Brignone.Con récord olímpico, el canadiense Ted-Jan Bloemen se apoderó del título en la prueba de patinaje de velocidad a 10 mil metros, en una reñida pelea con el holandés Jorrit Bergsma en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018.Bloemen se plantó en la pista con el mejor nivel para cumplir con el objetivo al detener el crono en 12:39.77 minutos en una carrera reñida, ya que los holandeses Sven Kramer, actual campeón del mundo y monarca olímpico, y Jorrit Bergsma, pusieron su empeño para ganar.Sin embargo, el canadiense marcó su ritmo y se fue con todo ante la mirada de Bergsma, quien se tuvo que conformar con la plata con un tiempo de 12:41.98, y el bronce culminó en las manos del italiano Nicola Tumolero con 12:54.32 minutos.Bergsma se dio tiempo de romper su propio récord olímpico de hace cuatro años en Sochi 2014, que era de 12:44.45, para establecer una cómoda ventaja con el 12:41.32 con dos series restantes, pero en el último heat, Bloemen salió como bólido y dejó el registro en 12.39.77.Por otro lado, Aksel Lund Svindal conquistó ayer el descenso de los Juegos de PyeongChang, convirtiéndose a sus 35 años en el primer noruego en llevarse el oro en la prueba reina de los Juegos Olímpicos de Invierno.Noruega firmó un doblete gracias a la plata de Kjetil Jansrud, a 12 centésimas de Svindal, mientras que el suizo Beat Feuz se quedó con la medalla de bronce, a 18 centésimas del ganador.