Talentoso, con una calidad inigualable como futbolista, mundialista en México 1986, en donde incluso llegó a portar el gafete de capitán. Tomás Juan Boy Espinoza fue un genio, una figura, tanto como persona, así como entrenador, con formas muchas veces incomprendidas, pero siempre estando al frente de los reflectores.La polémica nunca estuvo ajena a esta estrella del futbol mexicano. Con un carácter fuerte, pero con un sentido del humor clave como para hacerse de muchos amigos. El orden, su característica, sus bailes, otra más de sus cualidades, tan es así, que cada que sus equipos anotaban, él llamaba más la atención.El “Jefe” Boy jugó para el Atlético Español, el Atlético Potosino y los Tigres de la UANL, en donde fue ídolo, fue figura y fue un histórico, hasta que se le apareció André-Pierre Gignac.Pero como entrenador será más recordado por las nuevas generaciones, en donde dirigió a equipos como Tampico, Querétaro, Veracruz, Morelia, Monterrey, Puebla, Atlas, Cruz Azul, Chivas y Mazatlán FC.Antes de que se reportara como fallecido, se encontraba desempleado y buscando acomodo en un equipo, se hablaba que podía ser entrenador del América o Santos Laguna, en medio de las crisis de estos conjuntos en el Clausura 2022.JL
