La industria textil, de vestido y calzado enfrenta un desafío creciente: la falta de mano de obra. Este problema, que afecta tanto a empresas grandes como pequeñas, ha provocado frenos en el crecimiento de las empresas y una presión constante para encontrar soluciones.Según Jorge Corvera Nepote, presidente de la Cámara Textil de Occidente, el déficit de personal en el sector textil oscila entre el 10% y el 30%. Esto ha llevado a que algunas empresas operen con apenas el 50% de su personal, mientras que otras han aprendido a ser más eficientes trabajando con el 80 por ciento.“Creemos que no es culpa de las nuevas generaciones. Las empresas deben ser claras en cómo harán crecer a su personal y cómo retendrán el talento”, señaló Corvera Nepote. En el ámbito nacional, se estima que la industria textil ha perdido cerca de 70 mil empleos, de los cuales 10 mil corresponden a Jalisco.Por su parte, Luis Francisco Quirarte, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Jalisco, destacó que la rotación y el autoempleo han agravado el déficit en este sector, que actualmente es de entre el 10% y el 15%. Para enfrentar este problema, la cámara ha implementado una bolsa de trabajo interna que permite a las empresas compartir candidatos y mantener el talento dentro del sector.“Uno de los principales retos es lograr que quienes se van a otros sectores o se autoemplean consideren regresar. Estamos buscando estrategias para retener a nuestro personal y complementar nuestras plantillas”, comentó Quirarte.En el caso de la industria del vestido, Jaime Pedroza, presidente de la Canaive Jalisco, indicó que la falta de mano de obra ronda el 7%. Aunque el incremento de aranceles a las importaciones del sector representa un alivio, subrayó que la solución al problema laboral será esencial para aprovechar al máximo estas medidas.La situación ha captado la atención del Gobierno federal. La Presidenta Claudia Sheinbaum presentó recientemente el Plan México, que busca fortalecer sectores clave como el textil, calzado, mobiliario y juguetes. Este plan contempla que el 50% de la proveeduría y el consumo nacional provenga de productos hechos en México.A pesar de las dificultades, los líderes de estas industrias confían en que la combinación de estrategias internas, como la retención de talento, y el apoyo gubernamental permita superar este desafío y reactivar plenamente la economía del sector. La industria del calzado en Jalisco enfrenta desafíos importantes, especialmente ante la creciente competencia de importaciones provenientes de Asia, principalmente China. En días pasados, Luis Francisco Quirarte Bernáldez, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Jalisco, destacó que los fabricantes mexicanos se encuentran ante el reto de priorizar el diseño y la calidad sobre la cantidad y el precio, con el objetivo de mantenerse competitivos en un mercado saturado de opciones más económicas pero de menor calidad.En México, el consumo anual de calzado ronda los 350 millones de pares, de los cuales 250 millones provienen de empresas locales, mientras que poco más de 100 millones son importados de manera formal, sin contar las toneladas que ingresan de contrabando. Este panorama ha llevado a los comercializadores a optar por productos más baratos de Asia, lo que ha afectado a los productores nacionales.A pesar de las dificultades, la industria del calzado en Jalisco muestra señales de recuperación. Se espera que las ventas del sector alcancen los niveles previos a la pandemia, con un crecimiento estimado de entre 5 y 6 por ciento en comparación con 2019. Sin embargo, el impacto de la crisis sanitaria ha sido notable, ya que más del 30% de las empresas del sector cerraron sus puertas definitivamente.Para adaptarse a los nuevos tiempos, muchas empresas han optado por incursionar en el comercio en línea y fortalecer su presencia en redes sociales. Aunque las ventas digitales aún representan solo un 6% del total en el país, la venta directa al consumidor final ha permitido a las empresas mejorar sus márgenes de ganancia. Sin embargo, el desafío persiste: aquellas empresas que carecen de marca enfrentan mayores dificultades para competir en este nuevo entorno. CT
