La insuficiencia de energía eléctrica en algunas entidades de México ha frenado inversiones industriales en el país, afirmó el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index).De acuerdo con ese organismo, se requiere claridad de reglas entre las funciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), para no retrasar la aportación de recursos e inversión al sector.Al participar en el Parlamento Abierto de la Reforma Eléctrica, Luis Manuel Hernández, presidente del Index, dijo que los legisladores y gobernadores deben cerciorarse de que haya energía eléctrica suficiente antes de promover nuevos proyectos de inversión en determinados puntos del país.“Vemos en ciertas entidades del país (a ellos) promoviendo inversión, cuando no podemos recibirla en los estados; eso es algo que nos tiene que preocupar”, alertó Hernández.Desde la perspectiva del Index, México necesita un aumento en la capacidad de energía instalada para capitalizar la expansión industrial del país, con vocación para la manufactura. “Estamos batallando para contratar y desarrollar las empresas por la falta de energía”, enfatizó.El Index agrupa a unas 800 empresas y las exportaciones maquiladoras y manufactureras de exportación tienen una cobertura de 57% de las ventas externas mexicanas.También Hernández planteó que se requiere regular mejor la parte de la distribución, con una expansión de subestaciones y líneas de transmisión para impulsar más la industrialización de México.“La concentración de la inversión nacional debe ser en la distribución, porque con ello la CFE se va a fortalecer”, dijo.En octubre del 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó al congreso una iniciativa de reforma constitucional para el sector eléctrico en la que busca que la CFE retome un papel de preponderancia en el sector, estableciendo que la empresa estatal generará por lo menos 54% del consumo eléctrico nacional.El proyecto plantea además prohibir la inversión privada en comercialización de electricidad y cancelar anticipadamente la figura del autoabastecimiento eléctrico, de modo que el 46% restante de electricidad que podrían generar los privados tendría que ser vendido obligatoriamente a la CFE para que esta haga, en exclusiva, el suministro final.Además, propone un nuevo orden de despacho de la electricidad, dando prioridad a la generación de la CFE –incluso la producida con combustibles fósiles– sobre la generación eólica y solar de los privados, que además de no producir CO2 tiene un costo marginal de producción cero.De vuelta, plantas carasDel 2018 a la fecha, la CFE ha bajado su participación en la generación eléctrica nacional de 54% a 38%, a medida que ha tenido que “apagar” sus centrales de generación más caras y sucias, cuyo despacho ha sido remplazado por el de nuevas plantas privadas de energía solar y eólica que tienen costos de producción más bajos.