La industria de la moda en Jalisco ha estado en constante desarrollo desde la aparición de los grandes almacenes entre los años 40 y 50, con un enfoque más comercial en ese momento, la industria se fue convirtiendo en un área muy creativa. Y hoy día la entidad es cuna de grandes figuras relevantes del diseño de modas, por ejemplo, Benito Santos, Julia y Renata, Alfredo Martínez y Abel López, entre muchos otros.Para brindar un panorama más amplio del crecimiento de la moda desde lo local, afianzándose en el mercado nacional e internacional, habla con EL INFORMADOR Jorge Castellanos, presidente de Intermoda, una de las plataformas de moda más importantes en el Estado que proyecta tanto a los creativos como a las firmas comerciales en cada una de sus ediciones semestrales.“Jalisco siempre ha sido cuna de grandes empresarios, tanto de la industria del vestido, como de la industria del calzado. Desde décadas atrás se formaron grandes empresas” que muchas de estas desaparecieron, pero que sobre la marcha otras más han florecido.Recuerda Jorge que en los años 60, en lo concerniente a la fabricación de ropa, había poco diseño y el mercado era completamente mayorista, “muy enmarcado en fabricar mucho volumen de prendas a un bajo costo. Y afortunadamente fueron surgiendo grandes diseñadores, como Jesús Ochoa, que en paz descanse, entre otros que les fueron abriendo las puertas a los diseñadores que tenemos en la actualidad. Entonces, Jalisco ha tomado una relevancia muy importante a través de los años con importantes creativos que ahora están presentes y que por ello ya somos reconocidos a nivel internacional, estamos hablando de gente como Benito Santos y Galo Bertín, por ejemplo”. Jorge Castellanos recuerda que con respecto a las importantes plataformas que han surgido, como Intermoda, hubo otras pioneras como Modama, impulsada por la Cámara del Calzado, la cual se hacía en el hotel Camino Real y luego en el estacionamiento del Hospicio Cabañas.Intermoda, por ejemplo, recordó que nació en la década de los 80 como la Muestra Internacional del Vestido (MIVE), “fueron únicamente 22 expositores y fue en el Teatro Alarife Martín Casillas, luego evolucionó a Exhimoda que también se realizó este evento en hoteles porque todavía no existía Expo Guadalajara, pero cuando abrió este recinto, hace 36 años, es cuando comenzó realmente el crecimiento de Exhimoda que luego migró a Intermoda que es lo que es hoy nuestro evento y que cumplimos 40 años en enero próximo. Ya somos un evento de corte internacional que comenzó como una plataforma para apoyar a los fabricantes jaliscienses, que debido a la demanda, se añadieron a fabricantes nacionales y ahora ya tenemos 15 pabellones internacionales”.Castellanos, además refiere que en Jalisco se desarrollan empresas que están contribuyendo día con día al diseño, la producción y el bienestar de la gente. “Jalisco es el principal semillero de diseñadores de moda en México y a su vez, cuna de grandes empresarios también. Han habido crisis económicas, la pandemia provocó que muchas empresas cerrarán, pero me da gusto ver cómo otras están surgiendo con nuevas ideas y nuevos proyectos”.Sobre cuáles son los retos que enfrenta la industria, dice Jorge que el reto del diseñador es que debe lograr ser reconocido a nivel nacional, en cuanto al tema de los fabricantes en el rubro del vestido, “para mí el reto más grande es vencer el contrabando que se sigue dando. Los fabricantes nacionales hacen esfuerzos muy grandes, pagan seguro social, pagan impuestos, pagan sueldos justos, pero hay gente que trae producto de contrabando y eso para mí es el principal daño que se le puede causar a cualquier industria”. Miguel Pánuco es uno de los diseñadores más jóvenes en Jalisco, pero también de los más consolidados. Su firma Pánuco es muy reconocida a nivel nacional e incluso ha hecho colaboraciones con otras firmas importantes como Shein y Tierra Rossa.Así que era importante conocer su testimonio sobre la evolución de la moda tapatía. En entrevista para EL INFORMADOR, destaca: “La moda en Jalisco ha tomado mayor auge en los últimos cinco años”, pone como ejemplo su propio caso de éxito. “De mis inicios hasta la posición en la que hemos trabajado para proyectar mi firma, para bien y para mal, la pandemia nos transformó a los creativos para generar procesos y soluciones para subsistir y llevar a cabo nuestros proyectos. Jalisco es una ciudad de industrias creativas, sin embargo, aún hay carencia de plataformas que permitan a los emprendedores mostrar sus creaciones y espacios de venta que realmente beneficien al diseñador para seguir creando”.Resalta que empresas internacionales han puesto el ojo en México en los últimos dos años “y esa visibilidad que nos proporcionan nos han hecho permanecer y generar nuevos vínculos dentro del país y fuera de él. La cultura del consumidor también ya se ha inclinado al consumo local, a valorar el trabajo manual de los artesanos y preservar esta tradicional manera de crear”.También refiere que los retos son muchos y están latentes. “Principalmente es crear una estructura creativa fuerte”, la cual proyecte con claridad hacia dónde quiere llegar el creativo refrendando su identidad y qué es lo que le interesa al consumidor. También está el mantener la vigencia “con propuestas creativas que se acoplen al calendario oficial que marca la moda y sobre todo crear un producto que sea único y con calidad de lujo que demuestre que lo hecho en México compite con firmas de cualquier otro país”. Para adentrarse en la trayectoria de la moda jalisciense, recientemente se lanzó un libro que recopila muy bien el desarrollo de esta industria, se trata de “Relatos de un Maniqui. Historia contemporánea de la industria de la moda en Guadalajara, Jalisco, México” de Jorge Lupercio y Sandro Cruz, dos destacadas figuras del mundo de la moda que navegan por los años más importantes del auge de este sector.En una reciente entrevista para EL INFORMADOR, en febrero del presente año, Jorge Lupercio destacó que todo lo que tiene que ver con el diseño y la ropa, siempre ha existido, “no es una cosa nueva, lo que nosotros hicimos en este libro, fue hacer una investigación y una curaduría, por llamarlo de alguna manera, de algunos de los personajes más importantes que hayan influido en el diseño de ropa en Guadalajara o en Jalisco, aunque no fueran jaliscienses, pero que tuvieran un impacto en la ciudad, ya que aquí se desarrollaron”. El libro abarca desde los años 60 hasta la actualidad.Entre los años 40 y los años 50, llegaron los almacenes como Chalita y Fábricas de Francia. “Estamos hablando de gente que vino del extranjero a radicar a Guadalajara, libaneses y franceses. También destaca Almacenes Zaragoza, “ya de gente local”, expresa el autor. Estos inmuebles eran escaparates de las tendencias que se estaban gestando en aquellos ayeres.Había también boutiques especializadas con los magazines que llegaban de Europa, pero después llegó el estilo norteamericano que influyó en la confección de prendas que se hacían en México. “En Guadalajara, había una maestra, María Martínez Rodríguez, contratada por Singer, porque era una extraordinaria maestra de costura”.Bertha Zarkin fue alumna de María Martínez, quien años después sería diseñadora, “tuvo una tienda muy importante en Guadalajara, entre los 60 y 70 desarrolló todo lo que tiene que ver con tejidos”. De hecho hacia los 80 fue su boom más importante, en Providencia enseñaba a las señoras a hacer suéteres, “eran piezas únicas con mucho trabajo, se volvieron una tendencia para las señoras de la alta sociedad y después se generalizaron un poco más”. Recuerda Lupercio que en su escuela vendía de todo, agujas, hilos y aplicaciones.También en la cúspide de la modernidad del siglo pasado, llegaron a Guadalajara los centros comerciales, como la emblemática Plaza del Sol, uno de los inmuebles en ese momento, más importantes de América Latina, en el cual se instalaron boutiques importantes que ofrecían las prendas más modernas traídas de Estados Unidos.En Guadalajara estaba en el Centro, la boutique Modas Tessa de la señora Teresa Sánchez Pillot, “este lugar se convirtió en un clásico para las mujeres que les gustaba vestir con ropa más trabajada para eventos importantes como bodas, quince años y demás”, así como reinas de certámenes. En los años 60 en Tlaquepaque estaba “El águila descalza” donde se hacían diseños en manta con detalles mexicanos.Figuras muy destacadas en el ámbito de la moda estaban en gran apogeo, como Julio Chávez, quien tiene un libro reconocido llamado “Vestidas y desvestidas: el modisto de las estrellas”. Rosario Mendoza con “Takasami” también representó y sigue representando a la moda mexicana, fue de las primeras diseñadoras en tener tiendas en plazas comerciales.Hacia los años 80, se destacó el trabajo de importantes figuras en el panorama jalisciense como Ricardo Santana, Jesús Ochoa, Juvenal Ramírez, Manuel García de Alba y Martha Arias. Mientras que en los años 90 ya se escuchaban los nombres de grandes talentos como Julia y Renata o Macario Jiménez.Sandro Cruz y Jorge Lupercio también tuvieron gran auge en los 90, tuvieron un showroom con ropa unisex, además colaboraban en el calzado hecho por Felipe Rentería con diseño de ellos y accesorios de Gerardo Campos. Además ya estaba establecida la agencia de modelos Maniquí.En la actualidad, Lupercio reconoce la labor importante que están haciendo Jonathan Morales, Liberal Youth Ministry, Benito Santos, Abel López, Alfredo Martínez, Olmos y Flores, Paulina Luna, Miguel Pánuco, Jacobo Sin A, Raúl Orozco y Edgar Lozzano, entre muchos otros. CT
