Producir un pantalón de mezclilla, desde el cultivo del algodón hasta su confección final, requiere 7 mil 500 litros de agua; un traje, 5 mil 500; y una falda, 4 mil. Ahora, imagina que una película o serie mediana utiliza al menos 10 mil prendas.¿Cuánta agua se gasta entonces para cumplir con el vestuario? “Son millones de litros”, responde Gabriela Fernández, vestuarista de filmes como “Cantinflas”, “Pastorela” y “Nuevo orden”.Preocupada por tanto derroche de recursos en la industria audiovisual, la recién invitada a la Academia de Cine de EU comenzó el proyecto “Con_sentido”, en colaboración con casas productoras y estudios cinematográficos. Consistente en la reutilización de la ropa en otras filmaciones y grabaciones o en su envío a fundaciones donde es destinada a personas que la necesitan.Tan sólo para ayudar a paliar los efectos del huracán “Otis”, que golpeó a Acapulco, Gabriela envió a Fundación Origen más de 400 cajas de ropa procedentes de varias producciones que, por contrato, no puede detallar.“En cada producción se vuelven a comprar las mismas prendas, planchas, mesas, todo nuevo desde cero, cuando no es necesario del todo. El objetivo no es el ahorro económico, sino promover el ambiental. Es mejor, por ejemplo, rentar unos jeans, que duran muchísimo, y hay un ahorro considerable de agua”, destaca Fernández.Más del 50% de la ropa y telas que llegan se donan a fundaciones, que las distribuyen según las necesidades que consideran prioritarias. La ropa restante se alquila a otras producciones con un descuento de hasta el 60 por ciento.“Muchísimas veces es ropa nueva y no necesariamente es que la vayan a usar, quizá se mandan, por ejemplo, a comunidades que la venden y ganan dinero o usan las telas para crear varias cosas, la cosa es que no deja de reutilizarse”, apunta Gabriela.Un ejercicio que hizo durante la serie de tamaño medio “La flor más bella”, de Max, arrojó que se requirieron 12 mil prendas, y aunque no todas fueron nuevas, sí es representativo de lo que el medio audiovisual genera para el ambiente.También ha entablado relación con Ecologic, una plataforma inglesa que compensa al ambiente. Por cada renta se han logrado plantar 11 mil árboles en países como Uganda, Madagascar, México y la región del Amazonas, además de contribuir con donativos a proyectos de energía renovable.Como parte del proyecto, en septiembre Fernández comenzará la renta de vestuario al público. Dependiendo del tipo de suscripción, las personas podrán tener ocho prendas cada mes, las cuales deberán devolver sin repetir ninguna.Así, el cliente podrá elegir prendas como una camisa usada por “Javi Noble” (Luis Gerardo Méndez) en “Nosotros los nobles”; el saco de Ximena Romo en “Esto no es Berlín” o una blusa utilizada por Jessica Chastain en “Memoria”, pronto a salir en salas comerciales. “Es para fomentar que se vaya acabando el apego a la ropa y que el consumidor no pague el fast fashion, que se usa inmediatamente y a los dos meses ya no. Aquí es que si tienes una alfombra roja o viaje a la playa y no quieres comprarte la bermuda, la guayabera, el traje de lino; las rentas, vas al evento y listo. O que enflacaste o subiste de peso y no quieres comprar ropa”, explica Fernández. Fernández inició su carrera a mediados de los 90 como asistente de la vestuarista Mariestela Fernández ("El infierno" y "El crimen del padre Amaro"), y fue hasta 2007, con "Párpados azules", que debutó.