Lunes, 03 de Noviembre 2025

La incomprendida voz de Helena de Troya llega a Guadalajara

La puesta en escena “Juicio a una zorra” se presenta en el Teatro Galerías, estelarizada por Itatí Cantoral

Por: El Informador

La actriz reconoce que “Juicio a una zorra” es una obra que, si bien retoma un personaje de la Grecia clásica, ofrece un mensaje actual. CORTESÍA

La actriz reconoce que “Juicio a una zorra” es una obra que, si bien retoma un personaje de la Grecia clásica, ofrece un mensaje actual. CORTESÍA

La aclamada obra “Juicio a una zorra” llegará al Teatro Galerías de Guadalajara, trayendo consigo una de las propuestas más intensas y conmovedoras del teatro contemporáneo. Escrita y dirigida por el dramaturgo español Miguel del Arco, esta pieza -estrenada originalmente en 2011- reinterpreta el mito de Helena de Troya desde una mirada profundamente humana y feminista. A través de un monólogo poderoso, la protagonista toma la palabra que la historia le negó durante siglos y se defiende del juicio que la ha condenado como “la mujer culpable de la guerra más famosa del mundo”.

La versión que se presentará en México está protagonizada por la gran Itatí Cantoral, que ha recibido aplausos por su interpretación apasionada y visceral. Su Helena es una figura llena de fuerza, ironía y desgarro: una mujer que se mira al espejo del tiempo y le devuelve a la historia una versión distinta de sí misma. La obra, de unos 70 minutos de duración, es un ejercicio de reivindicación y de memoria, una invitación a mirar los mitos clásicos con ojos nuevos y a reconocer la voz de las mujeres que durante siglos fueron silenciadas.

“Esta Helena es increíble, porque se libera de la culpa, porque la verdad siempre la hará libre, y tiene la fuerza suficiente para enfrentar su verdad ante sí misma y ante los demás, y eso es lo más importante”, comparte Itatí Cantoral, en entrevista con EL INFORMADOR. “Ella no quiere ser silenciada, quiere ser escuchada y tiene la valentía de hablar de lo que le sucedió ante un público, porque solamente enfrentándolo y hablándolo puede realmente superarlo. Creo que es un personaje muy fuerte, muy sensible, muy doloroso, que a pesar de sus heridas se reconstruye y se hace fuerte para salir adelante”.

“Yo, como mujer, en cuanto leí el texto, me conmoví y me sentí identificada. Como artista y como actriz, hacer ese personaje era lo que quería decir, además de que es una obra muy hermosa escrita por Miguel del Arco, en poesía, en prosa poética, con un director maravilloso, Alonso Íñigüez”, apunta la intérprete. 

Fueron cinco semanas de ensayos minuciosos. La obra está planteada como si fuera un texto coloquial, no es una obra histórica; al contrario, es una obra sensible donde no necesitas saber quién es Elena de Troya para entenderla, para sufrirla y para reírte con ella, porque además maneja mucho humor. Ella es muy sarcástica y se ríe de sus desgracias”.

Un desafío al patriarcado histórico

Helena de Troya -también conocida como Helena de Esparta- es una de las figuras más fascinantes y contradictorias de la mitología griega. Hija del dios Zeus y de Leda, fue considerada la mujer más bella del mundo. 

Su belleza provocó que muchos príncipes griegos desearan casarse con ella, y su esposo, Menelao, rey de Esparta, tuvo que exigir un juramento a todos los pretendientes para que la defendieran si algún día alguien intentaba raptarla. 

Ese día llegó cuando París, príncipe de Troya, la llevó consigo a su ciudad, iniciando la legendaria Guerra de Troya, narrada por Homero en “La Ilíada”. 

Más allá de los detalles, el mito de Helena ha representado durante siglos los conflictos entre deseo, poder y culpa. Es la encarnación del ideal de belleza, pero también de la maldición que esa belleza conlleva. Fue alabada y odiada, deseada y juzgada, convertida en símbolo de destrucción cuando en realidad fue víctima de las decisiones de los hombres y de los dioses. 

La obra “Juicio a una zorra” retoma precisamente este trasfondo para ofrecer una lectura distinta: una Helena que habla en primera persona, que se defiende y que reclama su derecho a ser algo más que un mito. Su monólogo es una revisión de la historia desde la perspectiva femenina, un ajuste de cuentas con el relato oficial y una reivindicación de la voz que la tradición le negó.

“Me tuve que abrir emocionalmente por completo. Me preparé desde un lugar muy personal. No se trataba solo de memorizar los textos ni de entenderlos”, cuenta Itatí Cantoral, respecto a su preparación para encarnar a Helena. “Me hicieron revisar a los griegos, volver a leer a Homero y Eurípides. Pero más allá de eso, tenía que entender el alma de una mujer que ha sido juzgada por siglos. Leí sobre Helena, sobre el mito, sobre cómo fue contada por los hombres, porque siempre ha sido escrita y narrada por ellos. Pero sobre todo traté de imaginar cómo se siente alguien a quien la historia le quitó la voz para señalarla como una prostituta”.

“Tuve que vaciarme emocionalmente, romper mis propios juicios y mirar de frente el dolor: el dolor, la culpa, el deseo. El director me hizo trabajar mucho con la respiración, con la soledad y con la mirada de Helena. Imagínate, una mujer que está sola frente al mundo. Yo tenía que sentir esa soledad. Intenté entender lo que es estar solo, más allá de contigo mismo. Fue un proceso muy fuerte, pero también muy liberador. Cuando hago la obra, hay una liberación mía muy profunda”, reconoce.

“El texto libera muchísimo y empodera. Cuando terminaron los ensayos, sentí que había atravesado una guerra y había salido avante. Fue muy complejo, es un texto difícil, y por el simple hecho de ser un monólogo resultaba complicado seguirlo y mantenerlo coloquial, lograr que el público entendiera por qué esta mujer quiere ser escuchada, liberada y por qué ha sido juzgada y culpada erróneamente”.

La reivindicación de la historia

En escena, Helena se enfrenta a su público como si se tratara de un tribunal. Entre copas de vino, recuerdos y reproches, repasa su vida y sus decisiones, desmontando los mitos que la convirtieron en símbolo de la belleza y la destrucción. Miguel del Arco construye un texto feroz y poético en el que la figura de Helena, lejos de ser la femme fatale que provoca guerras, emerge como una mujer consciente, lúcida y dolida, que exige ser escuchada y comprendida.

“Yo creo que eso es lo más bonito de este texto. El pretexto es Helena de Troya, pero realmente habla de todas las mujeres de hoy: de tu madre, de mi madre, de mi suegra, de mi cuñada, de mi hija, de mi vecina, de mi compañera”, reflexiona Itatí Cantoral. 

“Helena sigue viva en cada mujer que ha sido juzgada, en cada mujer que es juzgada por su cuerpo, por su belleza, por amar al hombre ‘incorrecto’ o a otra mujer, por decidir, por ser libre. No es un personaje antiguo, es un símbolo del presente. Vivimos una época en la que las mujeres seguimos siendo observadas, comentadas, cuestionadas. No se nos permite ser libres. Eso es justo lo que denuncia la obra. Elena ya no está en Troya, está en nuestras redes sociales: en cómo criticamos, cómo juzgamos con tanta facilidad, en los titulares de los periódicos. En la mirada de los demás sigue existiendo Helena de Troya”.

“Pero lo más hermoso es que hoy, en esta obra, Helena puede hablar. Ya no necesita que la defiendan, porque ella habla por sí sola. En ese sentido, ‘Juicio a una zorra’ no es una tragedia antigua, es un acto liberador contemporáneo”.

Una mujer contra los siglos llega a la ciudad

Con esta propuesta, “Juicio a una zorra” no solo revisita la tragedia clásica, sino que la resignifica en clave contemporánea. Lo que antes fue una historia de guerra y belleza se convierte ahora en un acto de justicia simbólica, un alegato contra el silencio impuesto a las mujeres a lo largo de los siglos. La llegada de la obra a Guadalajara representa una oportunidad única para el público tapatío de presenciar una de las interpretaciones más contundentes de los últimos años y de reencontrarse, desde el teatro, con la potencia eterna de los mitos. 

“Juicio a una zorra” en Guadalajara está programada para el sábado 8 de noviembre a las 21:00 h en el Teatro Galerías de la ciudad. Los boletos ya están disponibles, con precios que van desde $400 a los $700. 

“Cuando hago funciones en Jalisco, siento que el teatro vibra. Es una emoción muy grande porque es una ciudad profundamente cultural. Me da mucha ilusión traer a Guadalajara a esta mujer que habla desde la herida, desde la verdad y desde la necesidad de ser escuchada y comprendida”, dice Itatí, respecto a la emoción que le genera traer esta obra a la Perla Tapatía. “Guadalajara representa para mí un reencuentro con el teatro en su forma más pura. Interpretar a Elena de Troya es un acto de valentía, como ella. Pero los actos de valentía también son actos de libertad. Elena me recuerda que nadie merece ser definido ni señalado por las miradas de los demás. Cada persona tiene derecho a reclamar su propia vida”, remata.

CT

Temas

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones