¿Cuál es el llamado "músculo de las emociones"?

Existe un músculo en nuestro cuerpo que está estrechamente ligado a nuestras emociones y reacciones, y es conocido como el "músculo de las emociones". Pero, ¿qué es exactamente este músculo y cómo afecta nuestra vida diaria? Descúbrelo a continuación.  

El psoas iliaco, a menudo llamado el “músculo de las emociones” es un músculo profundo situado en la región de la pelvis y la parte baja de la espalda. Ha ganado esta denominación debido a su conexión con el sistema nervioso y su influencia en las respuestas emocionales y el bienestar general del cuerpo.

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¿Qué función desempeña el ‘músculo de las emociones’ en nuestro cuerpo? 

Debido a su posición profunda y su importancia en la movilidad y la postura, es fundamental para el equilibrio y el funcionamiento general del cuerpo.

• Conexión con el Sistema Nervioso: El psoas iliaco está estrechamente vinculado con el sistema nervioso autónomo, que regula las respuestas automáticas del cuerpo a situaciones de estrés. Este músculo se encuentra en la región lumbar y conecta la columna vertebral con el fémur. Dado que el psoas es un músculo profundo, está cerca de la columna vertebral y de las estructuras nerviosas importantes.
• Respuesta al Estrés: Cuando estamos estresados o enfrentamos situaciones emocionales intensas, el psoas puede tensarse y acortarse, lo que puede provocar dolor o rigidez en la región lumbar y la cadera. Esta reacción es parte del mecanismo de preparación del cuerpo para enfrentar una amenaza.
• Conexión con las Emociones: En la teoría de la somática y en algunas prácticas de psicología corporal, se sugiere que el psoas puede almacenar y reflejar emociones reprimidas o no procesadas. Por ejemplo, la tensión crónica en el psoas podría estar relacionada con emociones como la ansiedad, el miedo o el estrés acumulado.
• Influencia en la Postura y el Movimiento: El psoas iliaco también afecta la postura y el movimiento, y una disfunción en este músculo puede influir en la forma en que una persona se mueve y se siente. Una postura encorvada o una marcha rígida pueden reflejar tensiones emocionales internas.

Mantener este músculo libre de tensión puede llevar a mejoras significativas en la postura, el dolor lumbar, la flexibilidad, la respiración y el bienestar general, tanto físico como emocional. Te recomendamos incorporar prácticas como estiramientos específicos, técnicas de liberación miofascial y ejercicios de fortalecimiento para lograr y mantener la relajación en este músculo.

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FP