El hígado graso no alcohólico, también conocido como esteatosis hepática no alcohólica (EHNA), es una de las enfermedades más comunes del hígado en la actualidad. Se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas en personas que no consumen alcohol o lo hacen en cantidades mínimas. Aunque al principio puede parecer una afección leve, con el tiempo puede evolucionar y causar daños importantes si no se detecta y trata a tiempo.Una de las características más peligrosas del hígado graso no alcohólico es que, en sus etapas iniciales, no suele causar síntomas evidentes. Muchas personas descubren la enfermedad de manera accidental, durante estudios de rutina o ultrasonidos abdominales. Sin embargo, conforme avanza, pueden presentarse algunos signos como:Estos síntomas, aunque comunes a otras afecciones, pueden ser una señal de que el hígado está funcionando con dificultad.El hígado graso no alcohólico se asocia estrechamente con el síndrome metabólico, la obesidad, la diabetes tipo 2 y los niveles altos de colesterol o triglicéridos. Si no se controla, puede evolucionar hacia una forma más grave conocida como esteatohepatitis no alcohólica (NASH), en la que la inflamación y el daño celular provocan cicatrices en el hígado (fibrosis).Con el tiempo, estas lesiones pueden progresar hacia cirrosis o incluso cáncer de hígado. Además, los pacientes con esta enfermedad tienen un riesgo mayor de desarrollar problemas cardiovasculares, como hipertensión o infartos, debido al vínculo entre el hígado y el metabolismo del cuerpo.Actualmente no existe un medicamento específico para curar el hígado graso no alcohólico, pero los cambios en el estilo de vida pueden marcar una gran diferencia. Los especialistas recomiendan:En algunos casos, el médico puede prescribir medicamentos para tratar enfermedades asociadas, como la diabetes o el colesterol alto, lo que contribuye a mejorar la salud hepática.El hígado graso no alcohólico es una afección silenciosa pero potencialmente peligrosa. Detectarla a tiempo mediante chequeos médicos y mantener hábitos saludables puede prevenir complicaciones graves. Cuidar el hígado no solo significa proteger este órgano vital, sino también preservar el equilibrio general del cuerpo y la calidad de vida.BB