¿Qué hacer para que tu refrigerador NO guarde malos olores?

Tener un refrigerador limpio es fundamental para conservar los alimentos en buen estado y evitar olores desagradables, los cuales suelen originarse por un almacenamiento inadecuado y la acumulación de bacterias y moho en su interior.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), realizar una limpieza frecuente del refrigerador es esencial para prevenir problemas relacionados con su uso. Lo más recomendable es llevar a cabo una limpieza profunda al menos dos veces al año, asegurándose de limpiar las superficies internas, las rejillas de ventilación (donde se acumula polvo) y las juntas de goma de las puertas, que suelen retener suciedad y humedad.

¿Cómo evitar los malos olores en el refrigerador?

Uno de los principales factores que generan olores desagradables es el desorden en el almacenamiento de los alimentos. Muchas personas colocan los productos sin un orden específico, lo que dificulta su ubicación y favorece la descomposición de algunos.

Para evitar este problema, es recomendable seguir un sistema de organización:

• Guardar las frutas en un compartimento separado de las verduras.
• Colocar los productos lácteos, como yogures y cremas, en una misma zona.
• Asegurarse de que los alimentos perecederos sean fácilmente visibles para evitar que se echen a perder.

Un refrigerador ordenado no solo prolonga la frescura de los productos, sino que también reduce el tiempo que la puerta permanece abierta, optimizando el consumo de energía.

El moho es otro factor que contribuye a los malos olores y puede aparecer debido a la humedad atrapada en los rincones del refrigerador, especialmente en las juntas de las puertas. Para prevenir su formación, la OCU recomienda limpiar estas áreas con un paño humedecido en vinagre blanco o detergente suave. Además, es importante almacenar correctamente alimentos húmedos, como frutas y verduras, en recipientes cerrados para evitar la proliferación de bacterias.

¿Cuándo es buen momento para limpiar el refri?

Un buen momento para realizar una limpieza a fondo es cuando la familia se ausenta por varios días, por ejemplo, durante las vacaciones. En estos casos, es conveniente vaciar el refrigerador, desconectarlo y limpiar todas sus superficies, incluyendo estantes, compartimentos y rejillas de ventilación.

Además de garantizar una higiene óptima, este proceso ayuda a reducir el consumo de electricidad mientras el electrodoméstico no está en uso. La manera en que se organizan los alimentos dentro del refrigerador influye directamente en su eficiencia energética. Un electrodoméstico bien estructurado permite que el aire frío circule mejor, evitando que el motor trabaje en exceso para mantener la temperatura adecuada.

Para optimizar su rendimiento y evitar un gasto innecesario de energía, se recomienda mantener la temperatura entre 5 y 7 grados Celsius. De esta manera, se logra una conservación adecuada de los alimentos sin afectar el consumo eléctrico.

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AO

 

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