Miércoles, 21 de Mayo 2025
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¡Presta atención! Conoce las diferencias entre la ansiedad e intuición

Aprender a escuchar el cuerpo, reconocer las emociones y confiar en nuestra experiencia puede marcar una gran diferencia en la calidad de nuestras decisiones y, en consecuencia, en nuestro bienestar

Por: Brenda Barragán

Cuando no está claro si lo que sientes es intuición o ansiedad, puede ser útil hacer una pausa y observar tu estado interno.  CANVA

Cuando no está claro si lo que sientes es intuición o ansiedad, puede ser útil hacer una pausa y observar tu estado interno. CANVA

En el día a día, todos enfrentamos decisiones que nos generan incertidumbre. A veces sentimos una corazonada que nos impulsa a actuar o a detenernos, mientras que en otras ocasiones experimentamos una preocupación que nos paraliza. ¿Cómo saber si estamos escuchando nuestra intuición o si, en realidad, estamos reaccionando desde la ansiedad?

Aunque ambos sentimientos pueden parecer similares a primera vista, distinguir entre intuición y ansiedad es fundamental para tomar decisiones más conscientes y saludables.

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¿Qué es la intuición?

La intuición es un conocimiento inmediato que no pasa por un proceso racional evidente. Es esa sensación interna que nos ofrece una guía sin necesidad de analizar exhaustivamente los hechos. De acuerdo con especialistas en psicología, la intuición surge de la experiencia, del aprendizaje acumulado y de patrones que nuestro cerebro ha registrado de forma inconsciente.

Una señal intuitiva suele ser clara, tranquila y breve. No genera angustia ni se presenta de manera insistente. Es una especie de "saber" interior que aparece de manera natural y que, en muchos casos, ayuda a tomar decisiones acertadas, especialmente en situaciones donde el análisis racional no puede abarcar todos los factores.

¿Qué es la ansiedad?

Por otro lado, la ansiedad es una respuesta emocional ante la percepción de una amenaza o un peligro, real o imaginario. La mente, en un intento de protegernos, genera escenarios negativos o catastrofistas que pueden generar miedo, inquietud y tensión. A diferencia de la intuición, la ansiedad suele ser persistente, intensa y, a menudo, desproporcionada respecto a la situación real.

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La ansiedad puede nublar el juicio, haciéndonos dudar de nuestras decisiones o impulsándonos a actuar de manera impulsiva, no por convicción interna, sino por el deseo de aliviar el malestar.

¿Cómo diferenciarlas?

Aunque a veces pueden confundirse, existen algunas claves para distinguir la intuición de la ansiedad:

  • Sensación física: La intuición se percibe como una calma serena o una señal sutil en el cuerpo. La ansiedad, en cambio, suele provocar síntomas como palpitaciones, tensión muscular o dificultad para respirar.
  • Duración: La intuición se manifiesta de forma rápida y luego desaparece si se le presta atención. La ansiedad tiende a ser persistente y rumiativa.
  • Contenido del pensamiento: La intuición guía sin necesidad de miedo o juicios extremos. La ansiedad está cargada de "¿y si...?" negativos y escenarios catastróficos.
  • Emoción asociada: Escuchar la intuición genera confianza interna, aunque a veces implique tomar decisiones difíciles. La ansiedad, por el contrario, suele producir angustia y confusión.

¿Qué hacer si no estás seguro?

Cuando no está claro si lo que sientes es intuición o ansiedad, puede ser útil hacer una pausa y observar tu estado interno. Respirar profundamente, escribir tus pensamientos o consultar con alguien de confianza puede ayudarte a obtener claridad.

La práctica de técnicas de mindfulness o atención plena también es muy eficaz para fortalecer la conexión con la intuición y reducir los niveles de ansiedad.

Saber distinguir entre ansiedad e intuición es una herramienta poderosa para navegar la vida de forma más auténtica y confiada. Mientras la intuición nos conecta con nuestra sabiduría interior, la ansiedad nos alerta, pero también puede confundirnos si no aprendemos a gestionarla.

Aprender a escuchar el cuerpo, reconocer las emociones y confiar en nuestra experiencia puede marcar una gran diferencia en la calidad de nuestras decisiones y, en consecuencia, en nuestro bienestar.

BB

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