La sandía y el melón son frutas refrescantes y deliciosas, especialmente populares en temporadas cálidas por su alto contenido de agua y nutrientes. Sin embargo, aunque son opciones saludables, su consumo requiere ciertas precauciones para evitar problemas de salud. Aquí te contamos qué medidas tomar antes de disfrutar de estas frutas.A menudo, se subestima la importancia de lavar las frutas antes de consumirlas, especialmente aquellas con cáscara gruesa como la sandía y el melón. Aunque no comas la cáscara, esta puede contener bacterias como Salmonella, que pueden transferirse al interior cuando cortas la fruta.Antes de comprar sandía o melón, inspecciona que no tengan golpes, cortes o partes blandas en la cáscara, ya que estas áreas pueden ser un foco de contaminación. Además, asegúrate de que la fruta tenga un aroma fresco y no presente signos de fermentación. Una vez que cortas la fruta, se acelera su proceso de descomposición. La exposición al aire y a temperaturas cálidas favorece el crecimiento de microorganismos, lo que puede causar intoxicaciones alimentarias.Aunque son frutas bajas en calorías, tanto la sandía como el melón contienen azúcares naturales que pueden afectar los niveles de glucosa en sangre si se consumen en exceso, especialmente en personas con diabetes o resistencia a la insulina. En algunos casos, estas frutas pueden causar reacciones alérgicas leves, como picazón en la boca o labios, especialmente en personas sensibles al polen o a ciertos alimentos. Además, su alto contenido en fructosa puede generar molestias digestivas en quienes tienen problemas para metabolizar este azúcar.La sandía y el melón son excelentes fuentes de hidratación, vitaminas y antioxidantes.BB