Desde que tiene memoria, André ha vivido con un balón en las manos y un sueño en el corazón. "Incursioné en el fútbol desde muy pequeño. Desde que tengo memoria he jugado fútbol y siempre de portero, esa posición me enamoró desde el primer momento, tal vez solo nací así, a la mayoría les gusta patear el balón y a mí detenerlo, así que fue un gusto nato", confiesa Alcaraz, de 24 años. Su amor por la portería no es solo una elección, sino una vocación innata que lo ha llevado a alturas insospechadas.Desde sus inicios en las fuerzas básicas de Chivas, André ha pasado por equipos como Alebrijes de Oaxaca, Tapatío, y Venados de Yucatán. Hoy, su talento brilla en la primera división de Andorra con el Ranger’s FC, donde se prepara para competir en las plazas europeas del próximo torneo UEFA Champions League, Europa League y Conference League. "El fútbol me ha dado la oportunidad de crecer no solo profesionalmente sino también en áreas muy personales. Mi ascenso es una lucha constante e infinitamente hermosa por conseguir lo que quiero dentro del deporte", comparte con orgullo.La carrera de André está marcada por momentos que se quedan grabados en la memoria de cualquier aficionado. Participar en la Copa del Mundo Sub-17 de la FIFA en India 2017, liderar a Alebrijes de Oaxaca hacia un superliderato, y recientemente, coronarse campeón con Tapatío en 2023 y lograr el ascenso a la primera división con el Ranger’s FC, son hitos que definen su brillante trayectoria.El fútbol ha llevado a André a conocer todos los rincones de México, pero Oaxaca y Mérida, Yucatán, ocupan un lugar especial en su corazón.Ser portero es una pasión y un desafío. "La satisfacción de volar, de ser la última esperanza del equipo, el grado de complejidad que involucra ser portero de fútbol, literalmente se necesita estar loco para esta posición", expresa André. A pesar de los sacrificios, como el tiempo lejos de la familia y una dolorosa lesión en el quinto metatarso, cada obstáculo ha sido una lección que lo ha fortalecido.Aunque es un portero excepcional, André tiene otros sueños. "Jugar en el Manchester United y ser el mejor portero del mundo", revela. Además, su espíritu aventurero lo lleva a desear conocer lugares como Islandia o Tahití.Más allá del fútbol, André es un hombre tenaz, apasionado y, como él mismo dice, "loco". Le apasiona leer, escribir y caminar por el bosque y la montaña. Y si no fuera futbolista, seguramente brillaría como comunicador, ya que es licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la UNIVA.Víctor André Alcaraz no es solo un portero; es una inspiración, un ejemplo de perseverancia y pasión. Su historia es una prueba viviente de que los sueños se pueden alcanzar con trabajo duro, dedicación y un poco de locura. MR