Desde el inicio de los preparativos estuvieron muy involucradas en la elección del diseño de su vestido, el tocado y grabar su vela, ya que utilizaron la misma vela y biblia de su bautizo, agregando a sus atuendos unos moñitos que eran de los ropones de su mamá, Dani Corona y su abuela, Mireya Esteban. Por fin se llegó la fecha, 11 de febrero, que coincidió con el mismo día de la Virgen de Fátima, como se los hizo saber el padre Jesús Bustos Barajas en el templo de San Javier de las Colinas, en una ceremonia muy bonita, emotiva y en la que participaron muchos niños en las ofrendas, como sus amigas, primas y sus hermanos.La música fue preciosa y el padre les habló esa mañana sobre la importancia de comulgar, como un alimento para el espíritu. La ceremonia fue a mediodía y estuvieron acompañados por sus papás, Daniela Corona Esteban y Javier Vázquez Vázquez, así como por sus padrinos, Ana María Ramírez Bustos, Emanuel González Ramírez, María Fernanda Cabrera Flores y Daniel Corona Esteban. Más tarde disfrutaron una recepción en Jardín Trasloma, a la que acudieron 180 adultos y 120 niños. El menú fue a elección de las niñas con comida italiana deliciosa, ensaladas, ravioles, camarones, fetuccini y un colorido candybar con postres hechos por su abuela materna, Mireya Esteban González, junto con su madrina, Ana María Ramírez, en la que hubo también mini postrecitos, tartas, pays, flankés y más tarde, frapuccinos, tostilocos, espiropapas, algodones, palomitas y churros rellenos.Los centros de mesa los hizo su otra madrina, María Fernanda Cabrera, que tiene un gusto exquisito por las flores, ya que fue una decoración como de cuento de hadas. Lo mejor de todo fue el ambiente, ya que los niños estuvieron fascinados con los juegos mecánicos, brincolines, tirolesa, lanchitas, DJ y las niñas fueron felices bailando en la pista, porque ya cerca de las 11:30 pm ellas no paraban de disfrutar.Por la tarde también hubo un mago y un profe de futbol, así que todos estuvieron divertidos al máximo. De bolos, Dani entregó una bombonera de cristal cortado con una vela en el interior y una licorera de cristal cortado con agua bendita a las familias que los acompañaron, mientras que las niñas recibieron una cadenita con su inicial.Entre los obsequios destacaron prendas de ropa, libros, certificados, perfumes, cadenitas, pulseras y sobrecitos, mismos que decidieron donarlos para una buena causa. Juliana y Dominica estaban radiantes y con toda la ilusión de poder celebrar su primera comunión. ¡Felicitaciones!AD