Este artículo surgió de una inquietud ciudadana. Luis Aguirre, un amable lector, me escribió para advertirme que Enrique Alfaro cobró la quincena de julio en la que pidió licencia sin goce de sueldo para “reflexionar” sobre su futuro tras finalizar su gestión. Cierto. En el portal estatal de transparencia gobiernoenlinea1.jalisco.gob.mx/nomina/Nomina corroboré que Alfaro cobró en total 261 mil pesos por la primera y segunda quincena de julio, y la primera de agosto de este año. Alfaro indicó en su mensaje del 6 de julio que pediría “quince días de licencia”. Ese día la vocería estatal me confirmó que sería una licencia sin goce de sueldo. Igual que otros medios, así lo publiqué en mi columna “Alfaro: licencia pambolera”. Supongamos que hubo un “error” y esos días fueron a cuenta de vacaciones. El gobernador está en su derecho. Tiene 20 días de asueto al año. Antes de su licencia, a finales de junio, pidió cinco días de vacaciones, por lo que aún le quedaban 15. ¿Por qué Alfaro omitió hablar de “vacaciones”? Sólo aludió a una “licencia” con la indeterminación que eso implica. ¿Fue para evitar el costo político de “vacacionar después de vacacionar”? ¿Por qué refugiarse en la ambigüedad? El oficio 256/2024 fechado el 3 de julio que Alfaro envió al Congreso de Jalisco sólo señala que se ausentará “por motivos personales” del 7 al 21 de julio. El gobernador cobra 79 mil pesos quincenales. Sin embargo, en esta primera quincena de agosto cobró 24 mil 500 pesos adicionales por concepto de prima vacacional. Lo que hace suponer que en realidad tomó vacaciones, no una licencia sin goce de sueldo. Si se trata de un error, y no sólo de una mentira o verdad a medias, el mandatario debe reintegrar el dinero al erario. La transparencia fomenta la vigilancia ciudadana de la administración pública. Por eso agradezco y celebro la curiosidad de nuestro lector. Ojalá el gobierno dé pronta respuesta a su inquietud. jonathan.lomeli@informador.com.mx
