Cuentan que por la cara que puso el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por decir lo menos, Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, lo sorprendió al hacer ayer la revelación de su aspiración presidencial, nada menos y nada más que desde el púlpito presidencial de las ruedas de prensa mañaneras, sin duda el lugar desde donde se ejerce el mayor poder en el autollamado gobierno de la cuarta transformación.Los que al interior de la 4T apuestan por la candidatura de Claudia Sheinbaum, a quien desde hace un mes que AMLO desde ese mismo púlpito dio un prematuro banderazo de la carrera presidencial al enlistar a los que considera los presidenciables, corean en actos públicos y la reciben con gritos de “Presidenta, Presidenta”, consideraron que el canciller se fue por la libre, y que no haberlo consultado previamente, molestó al Presidente. Los del equipo de Ebrard niegan esas versiones y aseguran que el Presidente fue debidamente prevenido y dio su aval.Será sólo el tiempo el que dirá lo que realmente sucedió y si efectivamente López Obrador sigue viendo o no como su sucesor a su “carnal Marcelo”, quien en 2012, en su mejor momento político, aceptó sin chistar las presuntas encuestas del PRD que le volvían a dar la candidatura presidencial al tabasqueño y aceptaba ser colocado como derrotado. Hay quienes leen al interior de Morena que ese afecto y compromiso de devolver aquel gesto con la candidatura presidencial del 2024 se viene diluyendo, y que la verdadera consentida y carta del Presidente es la jefa de gobierno de la Ciudad de México, a quien ve como la más incondicional y la que más puede garantizar el proyecto de nación de la 4T.Tal vez estas lecturas, la guerra interna que parecía ir ganando Sheinbaum para hacer aparecer a Ebrard como el principal responsable de la tragedia de la Línea 12 del Metro por haber sido el constructor de esa obra, y los cambios en el equipo compacto de la gobernadora que fueron interpretados como una acción de blindaje y rescate de su candidatura desde Palacio Nacional, tras perder Morena la mitad de las alcaldías de su ex bastión electoral, fueron los tres factores que precipitaron el destape del titular de la SRE. Por eso, como para que no quedara lugar a dudas de lo que se divulgó desde la tarde del sábado cuando trascendió que en una “reunión de amigos” en su casa del Estado de México, Ebrard Casaubón, aceptó que competiría por la postulación presidencial de Morena para el 2024, decidió agradecer desde el lugar favorito del Presidente haberlo incluido en su lista de posibles presidenciables y reiterarle que “le tomaba la palabra”.Así el juego de los destapes que desató el propio Presidente, pese a que un día antes del autodestape de Ebrard dijo que había terminado la era que el Presidente jugaba al “tapado”, y que ahora ya solo era el “destapador” de la corcholata que elija “el pueblo” como mejor candidato, que no es lo mismo pero es igual.jbarrera4r@gmail.com
