Pese a los reconocimientos mutuos que se hacen y los reconocimientos públicos al papel que han hecho, uno a nivel nacional y otro en el ámbito estatal, Dante Delgado y Enrique Alfaro han tenido varios desencuentros por decisiones que han tenido que ver con la vida interna del partido Movimiento Ciudadano (MC) y el reparto de sus posiciones más importantes. Mientras el ex gobernador interino de Veracruz exige el control absoluto de MC por ser el creador de ese partido que fundó en el 2012 y dirigió hasta el 2018, cuando cedió ese cargo al jalisciense Clemente Castañeda, el gobernador de Jalisco siempre ha reclamado también el reconocimiento y la cuota de influencia correspondiente por haber convertido a Jalisco en el primer bastión emecista del país, que le dio un caudal de votos que fueron claves para que MC mantuviera su registro como partido nacional.Esa tensión la han manejado adecuadamente y las diferencias no se han convertido en sobresaltos graves que trastoquen hasta ahora la vida interna del partido naranja. Uno de los episodios cuando más se tensó esta relación fue cuando en el 2021 Dante ordenó el relevó de Clemente en la dirigencia nacional de MC para que volviera al Senado, y retomar él el control del partido. Otro nuevo diferendo podría estar emergiendo entre estos dos actores políticos por el Factor Lemus. Así, las reacciones y efectos negativos de la marcha antiFil que organizó la dirigencia de MC en Jalisco, no sólo estaría creando conflictos internos a nivel local sino a nivel nacional en el emecismo. Aunque el lunes pasado Alfaro negó tener algún distanciamiento con la dirigencia de MC y argumentó que declinó asistir a la Convención Nacional de ese instituto político por cuestiones de agenda, en los corrillos de la sede de la reunión naranja trascendió que la ausencia del mandatario de Jalisco, una de las figuras indiscutibles de ese partido, se tomó como un desaire, y más como una consecuencia del choque de Lemus con funcionarios y dirigentes del partido que le son incondicionales.Y es que entre los asistentes a la cumbre naranja, algunos atribuyeron la inasistencia de Alfaro al desacuerdo de dar tribuna a Lemus en la Convención Nacional, luego de toda la trifulca verbal que desató por no acudir a la marcha antiFIL y llamar arrastrados a los que acudieron.Esta versión parece adquirir sentido por lo manifestado por el gobernador el lunes pasado, cuando mientras Dante le abría el foro en el que Lemus tendía la mano y pedía disculpas por sus errores a las y los emecistas, el gobernador machacaba desde Jalisco que “si eres parte de este proyecto, pero haces como que la virgen te habla cuando se trata de tener definiciones, pues entonces no eres realmente parte de ese proyecto”, reprochaba egos personales y afirmaba que era “un gravísimo error pensar” que hay relevo de liderazgos porque “mientras no pase otra cosa el líder de este proyecto tiene nombre y apellido”, y que nadie “ha podido poner contra las cuerdas a nuestro movimiento”. Por si fuera poco, aclaró que candidato a la gubernatura puede ser Lemus, pero también Alberto Esquer, Clemente, Salvador Zamora, Verónica Delgadillo, Mirza Flores o María Elena Limón. Todas las señales, pues, indican que a Alfaro no le gustó mucho que Dante fuera el primero en estrechar la mano que le extendió Lemus. jbarrera4r@gmail.com
